Se cumplen 150 años del nacimiento del compositor austriaco Arnold Schoenberg
El 13 de septiembre de 1874 nacía en Viena el compositor Arnold Schoenberg, uno de los autores más destacados del siglo XX, creador de la técnica del dodecafonismo y principal desarrollador del serialismo integral. Como músico, fue uno de los líderes de la denominada como Segunda Escuela de Viena. Como teórico, sus textos sobre armonía y composición han sido divulgados y empleados en escuelas y conservatorios de todo el mundo.
Un 13 de septiembre del año 1874 nació en Viena uno de los autores más importante de la vanguardia del cercano siglo XX: Arnold Schoenberg. Compositor, teórico y docente, el músico austriaco supuso una revolución en el panorama artístico mundial, recurriendo a técnicas novedosas que dejaron huella en las generaciones venideras. La influencia que tuvo el contexto histórico en el que vivió, lleno de cambios, conflictos, y una ruptura con elementos del pasado, hacen de la músicsa de Schoenberg un emblema de este periodo.
Los avatares del destino hicieron que durante la Segunda Guerra Mundial, el compositor abandonase su país natal, instalándose en Estados Unidos, donde estrenó sus obras más destacadas, recibiendo la nacionalidad estadounidense. Falleció en Los Ángeles en 1951, siendo enterrado en su Viena natal.
Su principal aportación en el campo de la composición lo encontramos en el desarrollo la técnica de escritura empleando los doce sonidos de la escala cromática, denominado dodecafonismo. A través de este método, ideado por el también austríaco Josef Matthias Hauer, Schoenberg marcó un camino a seguir para los compositores contemporáneos, dando lugar a una unión entre estos, denominada Segunda Escuela de Viena, formando parte de esta músicos como Alban Berg o Anton Webern, referentes de la vanguardia musical y discípulos de Schoenberg.
El dodecafonismo musical trajo consigo la técnica del serialismo integral, basada en el uso de grupos musicales en las que sus elementos no se repiten, apareciendo una única vez por serie y dando lugar a patrones que van más allá de las notas en si, pudiendo afectar al ritmo, el timbre, la intensidad del sonido, etc. Este método, desarrollado por la Segunda Escuela de Viena en muchas de sus obras, supuso un avance en la escritura de vanguardia, siendo empleado posteriormente por autores como Benjamin Britten, Ianis Xenakis, Pierre Boulez, o Karlheinz Stockhausen, si bien ninguno de estos compositores solo recurrieron a esta técnica en alguna de sus obras.
Si bien en sus inicios se inspiró en gran medida en los estilos musicales de Wagner y Brhams, predominantes en esa época, poco a poco comenzó a desarrollar las mencionadas técnicas, ofreciendo obras con una sonoridad completamente desconocida en el momento. Estos avances en el campo de la escritura musical marcaro profundamente la música de Schoenberg, con un extenso catálogo en el que la voz y la palabra tienen un especial peso, dando lugar a cuatro títulos líricos, nuimerosos ciclos de canciones, así como obras orquestales e instrumentales.
Entre sus obras de mayor calado, se encuentran el ciclo de canciones Pierrot Lunaire, los Gurrelieder, sus conciertos para violín y piano, su Sinfonía de cámara nº 1, la música de cámara entre la que destacan los cuartetos de cuerda, y la ópera inacabada Moses und Aron, la cual es considerada como la culminación del desarrollo de sus técnicas de composición. Esta obra fue interpretada recientemente en el Teatro Real de Madrid.
En su faceta como docente, Schoenberg dio clases en diferentes instituciones educativas tanto en Alemania como en Austria, así como en Estados Unidos, desarrollando una carrera pedagógica que todavía puede disfrutarse gracias a las publicaciones con textos teóricos, todas ellas centradas en el análisis musical de grandes maestros.
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