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Por Publicado el: 17/10/2011Categorías: Crítica

40 aniversario del Coro Nacional de España: Celebración en piano

40 aniversario del Coro Nacional de España
Celebración en piano
“Requiem alemán” de Brahms. M. Alberola, J.A. López. Coro y Orquesta Nacionales de España. J. Pons, director. Auditorio Nacional. Madrid, 16 de octubre.
La celebración de los cuarenta años de vida del Coro Nacional de España ha tenido lugar tan en piano como las notas iniciales de la obra elegida, “Bienaventurados los afligidos porque ellos serán consolados” del “Requiem alemán” de Brahms, que formidablemente entonó la agrupación. Desde luego hubiera merecido más “ruido” y puesta en escena. Hubiera bastado simplemente la presencia en el escenario y no en el patio de butacas de sus directores vivos y un recuerdo a los desparecidos, muy especialmente a Lola Rodríguez de Aragón, quien lo fundó con el nombre de Coro de la Escuela Superior de Canto y bajo cuya tutela ofreció su primer concierto con la ONE y Frühbeck de Burgos el 22 de octubre de 1971. El brevísimo programa de mano tampoco incluía la relación de sus titulares: José de Felipe, Enrique Ribó, Sabas Calviño, Carmen Helena Téllez, Alberto Blancafort, Adolfo Gutiérrez Viejo, Tomás Cabrera, Rainer Steubing-Negenborn, Lorenzo Ramos, Mireia Barrera y desde septiembre del pasado año, Joan Cabero. Algo no ha funcionado y el dinero hay veces que, si no se tiene, hay que encontrarlo. El Coro bien se lo merece.
Josep Pons dirigió la obra con autoridad, en una versión sin aristas, sin altibajos pero también sin momentos de especial emoción. Algunos aún quedamos que podemos recordar a Gundula Janowitz cantando exquisitamente “Ihr habt nun Traurigkeit”, el número V, cuando Frühbeck abordó la partitura con la misma orquesta, pero el Orfeón Donostiarra, en aquel memorable concierto de enero de 1968. Maite Alberola lo interpretó con línea y gusto, pero no a aquel nivel. José Antonio López lució su potente y bien timbrada voz en una lectura dramática de la parte. Este Brahms es piedra de toque para cualquier coro y el Nacional mostró un buen momento, tanto en los números más potentes –el II y el VI- como en los más líricos y la orquesta le secundó con dignidad.
El concierto se dedicó a la memoria del académico, crítico y musicólogo Antonio Iglesias, recientemente fallecido. Gonzalo Alonso

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