Steinberg: mano firme y guante de seda
Steinberg: mano firme y guante de seda
Obras de Brahms y Schumann. Orquesta y Coro de la RTVE. Director: Pinchas Steinberg. Monumental Cinema, Madrid. 12-2-2016.
No hace muchos meses glosábamos la actuación de este maestro al frente de la Sinfónica de Madrid: bien plantados los pies, amplios y abiertos los brazos, incisivo y penetrante como un estilete el derecho, en el que la batuta se mueve a energéticos y precisos impulsos, a veces en redondo, pero siempre con un muy claro subrayado del compás, nos daba, como siempre que lo hemos visto, sensación de seguridad y bien hacer. En este concierto, se tocaba y cantaba la trilogía de obras sinfónico-corales brahmsianas basada en la antigüedad: “El canto de las parcas, op. 89”, “Nänie” y “Canto del destino, op. 54”, interpretadas en ese orden, que es el inverso.
Steinberg supo acentuar en la “op. 89” las disonancias iniciales y calibró luego con tino las dinámicas. En la “op. 82” mención especial para el oboe solista en el delicado solo de apertura y aplauso para el lento y bien modelado crecimiento del “tutti”. Contrapuntos bien desarrollados e intervenciones corales generalmente afinadas, con un magnífico remate en pianísimo. El ritmo perenne y la sonoridad queda al principio de la “op. 54”, las tenues cuerdas, el deslizamiento de las primeras frases encontraron la plasmación justa. La fina muñeca del director supo exponer las idílicas líneas de los versos de Hölderlin que proclaman la claridad eterna; pero también la vibración de los amenazadores versos siguientes y los violentos contratiempos que anuncian la mayor de las turbulencias. Buen trabajo del director del Coro, Javier Corcuera.
Como lo fue el de Steinberg en la “Sinfonía nº 3, Renana” de Schumann, compositor tan cercano a Brahms. La versión tuvo altas calidades. Sin dejar de ser vigorosa, de fuerte impronta romántica, bien marcadas las síncopas del difícil movimiento inicial en 3/4, supo luego aligerarse en el “Scherzo”, adentrarse en el trascendente lirismo del tercero, recrearse en la solemnidad del cuarto y otorgar la debida vivacidad al “Finale”. La férrea mano rectora acertó a distribuir volúmenes, acentuar con sapiencia y tener a la orquesta en su mano. Pocas elongaciones, dicción directa, “rubato” justo. La RTVE sonó muy bien en esta ocasión. Arturo Reverter
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