Prodigalidad sevillana
Tras los conciertos ofrecidos en Sevilla por la Orquesta Juvenil Simón
Bolívar de Caracas, dirigidos por Gustavo Dudamel y Claudio Abbado, el
concejal de Cultura del Ayuntamiento, Juan Carlos Marset, se habría apresurado a ofrecer la ciudad de Sevilla como sede europea de dicha orquesta. Quiizá
fuese el propio Abbado, manifiesto defensor del proyecto venezolano, quien
se lo sugiriese durante la visita al Alcázar en la que el concejal hizo de
cicerone, pero el caso es que en Sevilla sólo piensan en los grandes
titulares, en las fotos que posibilitaría la presencia regular de Dudamel y
Abbado en Sevilla. Exactamente lo mismo que con el Divan de Barenboim. En
Andalucía y en Sevilla parece que sobra el dinero para estos relumbrones,
pero hay que recordar que mientras se ofrecen liberal y pródigamente sedes y
millones a proyectos foráneos, los conjuntos sevillanos sufren el abandono
institucional. Es el caso de la Orquesta Barroca de Sevilla, a la que Marset
le ha prometido varias veces una sede sin haber cumplido nunca sus promesas.
Y estamos hablando de un conjunto que será dirigido en un par de meses por
Christophe Coin y Gustav Leonhardt y que tiene como directora a Monica
Hugget. Y no hablemos de la Orquesta Bética, fundada por Falla y cuyo primer
director fue otro Halffter y que vive en un triste abandono institucional.
Está visto que no hay voluntad de apoyar la vida musical de la ciudad desde
la base, desde los colegios y conservatorios. Será porque ahí hay pocas
fotos deslumbrantes que hacerse.
Últimos comentarios