Muti sienta plaza
Ciclo de Juventudes Musicales
Muti sienta plaza
Obras de Mozart, Liszt y Tchaikovsky. Orquesta Philharmonia. Ricardo Muti, director. Auditorio Nacional. Madrid, 26 de marzo.
Semana grande para el ciclo de Juventudes Musicales con dos conciertos excepcionales, el aquí comentado con Muti y la Philharmonia y el del miércoles con Minkowski dirigiendo la “Misa en si menor” de Bach. Muti llegó a Madrid, tras pasar por otras ciudades españolas, con la Philharmonia, agrupación a la que se encuentra muy ligado. Nada de bolos por tanto, sino un concierto serio. La orquesta, que en estos momentos no es la mejor londinense, tampoco es la Filarmónica de Viena y ello se evidenció en las primeras notas de la sinfonía “Haffner”, sin embargo Muti sí es Muti y consiguió de ella el máximo en calidad sonora. Pero, sobre todo, sentó cátedra de lo que es planificar una obra. La “Haffner” no resultó si no un aperitivo, con una “allegro con spirto” inicial poco animado que mejoró mucho en el precioso “andante”. “Los Preludios, Poema Sinfónico n.3” es obra fuera del repertorio, posiblemente por sus aires un tanto populacheros, pero resulta un placer escucharla cuando se toca con el análisis arquitectónico y la claridad de planos presentados por el napolitano. Estupendas las maderas, pero memorable cada frase, cada acompañamiento del “tutti”.
Para la “Patética” eligió tempos que recordaron mucho a los de Mravinsky, con una ralentización en el final, de formidable clausura por gradación de las tensiones hasta llegar al emotivo piano final. Antes un primer tiempo quizá demasiado cerebral pero admirablemente iniciado con el fagot y unas casi inaudibles cuerdas, un elegante “allegro con grazia” y un tercer tiempo portentoso en su impetuosidad. Un nocturno de Martucci, dedicado a la unión entre Nápoles y España, terminó de bordar un concierto redondo. Gonzalo Alonso
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