Inauguración del Teatro Pérez Galdós
Inauguración del Teatro Pérez Galdós
Fiesta entre polémicas
“Novena sinfonía” de Beethoven. M.Diener, L.Casariego, E.Wottrich, J.Tilli. Orquesta y Coro de la Filarmónica de Gran Canaria. P.Halffter, director. Teatro Pérez Galdós, Las Palmas de Gran Canaria, 14 de abril.
Ni una inauguración, por la que todos deberían estar felices, logra aplacar los ataques entre partidos políticos. Con las elecciones locales a la vuelta de la esquina la ministra de Fomento y la alcaldesa de Las Palmas no pudieron evitar una agria polémica con lugar para el insulto. Esta vez la causa eran los dineros puestos por unos y otros durante los seis años que han durado las obras de restauración del precioso teatro de más de ciento treinta años de edad. Semanas antes la polémica la había centrado algún nombramiento en el equipo gestor, frustrado por los políticos.
Pero si los políticos asistentes -presidente del Gobierno canario, presidente del Cabildo, alcaldesa, etc- y las mil personas que aproximadamente caben en el teatro, respresentantes de todos los sectores influyentes de la vida local, podían discutir sobre los sucesos citados, no así las muchas más personas que se quedaron fuera del teatro para ver el acto en las pantallas gigantes instaladas por los aledaños y disfrutar de los violinistas autónomos, los cuartetos contratados, los fuegos artificiales de colofón o hasta las pitadas de los bomberos a la entrada al teatro de alguno de sus representantes públicos. Los vecinos de Vegueta no cantaron la “Novena” pero disfrutaron y hasta se quedaron con las ganas de más fiestas.
En el interior del teatro hay muchas cosas que admirar: las impactantes pinturas de Nestor Fernández de la Torre, las maderas de barandillas y columnatas perfectamente restauradas o su brillante foyer. Más discutible parece en primera impresión la acústica de la caja escénica con una concha acústica en la que su madera, con aspecto sapeli, desentona un tanto de las nobles del resto de la sala. Desde las notas iniciales de los himnos nacional y el de la comunidad se percibió una sonoridad seca y emborronada que pudo confirmarse en la “Novena”. Habrá que esperar a que la orquesta baje al foso para emitir un juicio más certero.
Pedro Halffter ofreció una versión ligera en tempos, light en contenido y pesada en dinámicas, decantándose por fortes y mezzofortes que borraron las sombras y misterios del primer movimiento para buscar sin recato la espectacularidad del último. Con una discreta actuación del cuarteto solista sobresalió la buena labor del coro. Tras una apertura políticamente correcta en lo musical, se esperan con interés las intervenciones de Valery Gergiev con la compañía del Teatro Mariinsky de San Petersburgo en un primer concierto justo a Crsitina Gallardo-Domás y en las representaciones de la “Tetralogía” wagneriana con una producción presentada ya en baden-Baden y Cardiff, que partirá al Metropolitan neoyorquino desde Las Palmas. Gonzalo Alonso
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