Gala lírica de despedida

Obras de Strauss, Lehar, Vives, Sotullo, Moreno Torroba, Arrieta, Wagner, Massenet, Verdi, Giordano, Donizetti y Puccini. Elena Mosuc, Olena Sloia, Carl Tanner, Miguel Borrallo, Juan Manuel Buruaga. Orquesta y Coro de la RTVE. Miguel Angel Gómez-Martínez, director. Teatro Monumental.  Madrid, 31 de mayo de 2019.

Un hermoso y llamativo ramo de flores entregado por Manuel Ventero, gerente de la Orquesta y Coro de la RTVE, a Miguel Ángel Gómez-Martínez al término del concierto ponía fin cara al público a la titularidad del maestro, aunque oficialmente lo siga siendo hasta agosto. Una etapa muy positiva para la orquesta que veremos qué rumbo toma con su próximo titular, Pablo González, y el recién estrenado director del coro Juan Pablo de Juan. Alguien entre el público gritó “¡Maestro, no te vayas!” y probablemente él no hubiera deseado irse, pero Rosa María Mateo y su equipo consideraron que les venía mejor un titular con otra ideología y así se lo vinieron a medio comunicar.  Raro, muy raro, parece que en la próxima temporada el actual titular no vaya a subirse al podio más que para otra gala lírica al final de la misma. En fin…

La actual gala se programó aprovechando los cantantes presentes en “La rondine” ofrecida la semana anterior, con la suerte de sí poder contar esta vez con el tenor Carl Tanner, enfermo y sustituido entonces. Hubo cuatro momentos claves. El primero ,el final de “Anna Bolena” con una Elena Mosuc en estado de gracia, con el legato perfecto en su parte primera y dominadora de las coloraturas y sobreagudos en la cabaleta final. Una exhibición. No estuvo tan bien en las “Csardas de Rsalinde” de “El Murcielago”, faltas de gracia. El segundo, el “Improvisso” de “Andrea Chenier” con Carl Tanner, tenor lírico casi spinto de voz muy grata que lo cantó con entrega y suficiencia, aunque sorprendentemente con partitura. Más sorprendente fue que no la necesitara en ningún momento de la gala el maestro Gómez-Martínez. Un caso rarísimo donde los haya. El tercero, el dúo de amor de “Otello” entre el citado Tanner y Olena Sloia, una soprano ligera que aguantó bien una parte más pesada de lo adecuado a su voz y que antes, en el tercer momento, se atrevió y convenció en la dificilísima por plagada de agilidades, junto a notas graves, “Martern aller arten” mozartiana. El cuarto, el final del acto II de “La rondine” con solistas, coro y orquesta cerrando la gala de forma espectacular. Un concierto de esos que hacen salir contento a un público que ovacionó largamente y con cariño a todos los participantes, pero especialmente al maestro Gómez-Martínez. Gonzalo Alonso