Petrenko: “Cada orquesta suena diferente y así debe ser”

Kirill Petrenko

Kirill Petrenko rindió homenaje a los directores de la Filarmónica de Berlín y a Beethoven con la Novena Sinfonía del de Bonn en su concierto de presentación

El 23 de agosto, Kirill Petrenko ofrecía su concierto de presentación como director principal de la Filarmónica de Berlín. Con este motivo, el director, que no suele conceder entrevistas porque considera que en sus conciertos la música habla por sí sola, conversó con el diario BR Klassik sobre esta nueva etapa.

Para ello, el programa consistió en obras de Berg y la Novena de Beethoven, una pieza con la que Petrenko quiso recordar al compositor, de quien este año se celebran el 250 aniversario de su nacimiento, a sus predecesores en al cargo y los valores que deben unir a la sociedad en este momento de crisis humanitaria: “Esta Sinfonía contiene para mí todo lo que nos distingue como humanidad, tanto en sentido positivo como negativo”, explica el director sobre su elección.

Petrenko ofreció una versión muy personal y minuciosamente cuidada ante el público de la Philharmonie el 23 de agosto y ante los ciudadanos de la capital alemana el 24 frente a la Puerta de Brandeburgo. Una declaración de lo que será la nueva etapa para Petrenko y la Filarmónica: “Cada orquesta suena diferente y así es como debe ser, pero quiero crear mi propio sonido, mi propio mundo”.

Con la Novena Sinfonía, el director de Omsk quiso posicionarse también ante la pluralidad de nacionalidades de la Filarmónica, tomando esta composición como ejemplo de la expresión de la interacción humana a través de las fronteras: “La Filarmónica de Berlín tiene 125 músicos de 28 nacionalidades. Yo mismo vengo de muy lejos, por lo que una de mis inquietudes es que exista una identificación real con el repertorio”. Empatía, solidaridad y cooperación sientan los pilares de la filosofía del nuevo director titular, quien recuerda que estos tres términos destacan en la actualidad europea por su ausencia: “Me siento a favor de estos conceptos, establecidos ante tanto tiempo, por lo que soy responsable de apelarlos de nuevo, algo que Beethoven hizo como ningún otro”.

Así, Petrenko estudia cada detalle de sus ensayos y se prepara meticulosamente para cada concierto: “Esta orquesta tiene una fuente de energía indescriptible, y como director tengo que aprender a manejarla. Antes de cada concierto tengo el deseo de volar con la orquesta hasta alcanzar las nubes porque siento el potencial que tienen. Es mi deber encontrar las formas de aprovecharlo al máximo”.

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