la mujer del César
Se ve que ni la esposa de Zapatero ni la del juez del 11.M pierden el sueño al recordar eso de la mujer del César, el ser y el parecer.
Más aún, aunque comprendo que la vocación lírica de Sonsoles Espinosa sea inquebrantable, no sé qué malpensarán las cientos de aspirantes a los coros del Liceo al ver su protagonismo. ¿O es que antes de las elecciones generales de 2004 era algo más que suplente de soprano en el coro del Teatro Real? ¿Está a la altura? ¿Recibe también esta vez trato de favor, como ocurrió en París, cuando representó en el teatro Le Chatelet una versión de Carmen y fue la voz solista del coro de las cigarreras?
Porque aquello fue sonado. Se lo recuerdo, por si lo han olvidado: el director de escena, el austriaco Martín Kusej, convirtió a las cigarreras en putas, pero liberó a la señora de Zapatero de expresar las actitudes provocadoras de sus colegas de oficio, así que fue la única que, en lugar de ropa ligera, vestía nada menos que un pijama azul.
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