Mahler inaugura la temporada 19/20 de la OCNE

Christoph Eschenbach inaugura la temporada de la OCNE

Christoph Eschenbach se pone al frente de la Orquesta Nacional en su primer concierto de la temporada de abono

El primer fin de semana de octubre da comienzo la nueva temporada de la Orquesta y Coro Nacionales de España (OCNE). Bajo el título ‘Paradigmas’, la OCNE ahondará en las profundidades del genio creador para ofrecer a sus oyentes experiencias y momentos inolvidables. Con David Afkham como director titular y artístico, la temporada se abre con la batuta de Cristoph Eschenbach, quien repite un año más como principal director invitado.

Así, durante el primer fin de semana de octubre – días 4, 5 y 6 – la OCNE interpretará la Segunda Sinfonía ‘Resurrección’ de Mahler, que en esta ocasión estará acompañada por la soprano Marisol Montalvo y la mezzosoprano Anna Larsson.

Mahler finalizó los tres primeros movimientos en 1893, tras dudar durante cinco años si lo que en un principio concibió como poema sinfónico – titulado Totenfeier – podría ser el primer movimiento de una sinfonía. En el funeral del maestro Hans con Bülow, gran apoyo del compositor, Mahler escuchó una obra determinante en la composición de su sinfonía: la versión musical de la oda Resurrección del poeta alemán Friedrich Gottlieb Klopstock. El texto alcanzó a Mahler como un rayo, “He tenido una revelación clara y firme”, escribió al director Anton Seidl.

Mahler utilizó los dos primeros versos del himno de Klopstock y añadió versos propios sobre la redención y la resurrección, completó la parte final, revisó la orquestación del primer movimiento e incluyó la canción ‘Urlich’ como cuarto movimiento, concluyendo su Segunda Sinfonía en 1894.

En un primer momento, Mahler concibió un programa para la Sinfonía en el que el primer movimiento representa un funeral y se pregunta sobre la vida tras la muerte; el segundo es un recuerdo de los momentos felices del difunto; el tercero, la visión de la vida como una actividad carente de significado, llegando el cuarto como el deseo de liberarse de esa vida retomando las cuestiones planteadas en el primer y tercer movimiento; por último, el quinto movimiento culmina con una fuerte esperanza de redención eterna y trascendente.

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