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Alfredo Kraus, una concepción del canto
Una noche en la ópera
Por Publicado el: 27/11/2010Categorías: Artículos de Gonzalo Alonso

Al rescate

Al rescate
No sabemos si acabaremos teniendo que ser rescatados económicamente pero en cualquier caso, si eso sucede, no dejará de tener sus raíces en el sistema educativo de los últimos años y en la sociedad que han ido conformando quienes tienen influencia para ello. Pena da leer la reciente encuesta sobre nuestros jóvenes, aunque nada de cuando de ella se desprende puede sorprender a quienes tratamos con la juventud a diario. Nos hemos vuelto un país que pasa del esfuerzo, del amor propio y del orgullo.
En los años setenta suponía ocasión para el orgullo cuando un español recibía un reconocimiento fuera de nuestras fronteras… incluso si era un pobre músico. Pero los músicos ya no cuentan. Si no que se lo pregunten a Rafael Frühbeck de Burgos, que ha visto su foto y su nombre en la prensa americana sin que apenas nos hayamos enterado en su casa de que ha sido nombrado “director del año” por la importante revista Musical America junto a Anne Sophie Mutter como solista del año, Thomas Adès como compositor, Symon Keenlyside como cantante. El 13 de diciembre tendrá lugar la entrega de los premios en el Carnegie Hall de Nueva York. En España le tendremos dirigiendo la “Novena” con la OSM el día 27 de diciembre, en febrero con la ONE en la integral de sinfonías de Brahms y en abril con “Elias” y la Sinfónica de Boston.
Y si nosotros no damos importancia a nuestros músicos, cómo vamos a pretender ser respetados por los extranjeros. Ha resultado una auténtica vergüenza, de la que nadie ha hablado, lo sucedido en con David McVicar, en el Real y el Palau de les Arts con sus producciones de “Otra vuelta de tuerca” y “Aida”, por donde no apareció ni para cobrar. Lo haría por transferencia porque no se dignó a desplazarse y nadie se lo exigió. Claro que a McVicar se le acumuló el trabajo con tres producciones simultáneas, ya que además de las dos españolas tenía “Adriana Lecouvreur” en Londres. Lo malo es que no estamos ante un caso único y ausencias similares se dan en muchos de nuestros teatros, a donde las celebridades suelen enviar ayudantes aunque lo disimulen apareciendo a saludar. Desde luego Mortier no admitirá algo así con los registas que contrate.
Para cerrar, un último y sentido rescate a los nombres de Leopoldo Hontañón, Shirley Verret, Henryk Gorecki y Rudolf Barshai, fallecidos en silencio este mes. Gonzalo Alonso

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