Entrevista de Gonzalo Alonso a Giuseppe di Stefano
Entrevista inédita de Gonzalo Alonso a Giuseppe di Stefano en el Hotel “Due Torri” de Verona
Hace muchos años conocí a Giuseppe di Stefano en Verona, charlamos un rato y le propuse una entrevista para el día siguiente. No sólo me la concedió sino que se explayó en ella y me permitió escuchar un documento que me dejó estupefacto, que jamás he podido olvidar y que ni aún hoy podría revelar públicamente. En el Hotel Due Torri tuvo lugar. Pasado el tiempo la transcribí, aunque nunca la publiqué en la prensa. Ahora se la ofrezco a ustedes sin un solo retoque.
Han pasado casi 40 años desde aquel día en que, en su casa de la Avda Georg Mandel de Paris, murió Maria Callas, supuestamente de un infarto. Nunca se realizo la autopsia y han sido muchas y muy diversas las opiniones acerca de las causas de su fallecimiento. Su exmarido, Giovanni Battista Meneghini, escribió en sus memorias que, al revisar el dormitorio de la Callas, encontró en la mesilla de noche un folio con la indicación “A.T.”. María le llamaba “Titta” y Meneghini supone que iba dedicado a él. Contenía unos versos extraídos del aria “Suicidio” de “Gioconda”, que empiezan por: “En estos tristes momentos solo tu me quedas…”.
El tenor Giuseppe di Stefano, habitual compañero de cartel durante los años gloriosos, vivió un tardío idilio con la Callas y compartió sus ultimas experiencias artísticas. Ahora, pasados años, se atreve a contar cosas que aportan datos reveladores sobre el carácter y el animo de la mítica soprano en sus años postreros.
La mayoría de las veces uno ha de pensar en que anotaciones va a ir realizando al transcribir una entrevista. La excepción es aquella en que el protagonista reúne tanta fuerza en su personalidad o en sus afirmaciones que sobra todo añadido. Esto sucede con Giuseppe Di Stefano. El famosísimo tenor, a sus se encuentra a la vuelta de todo y puede permitirse hablar sin pelos en la lengua.
-¿ Desde su perspectiva actual que es lo que cree que le hizo triunfar a Vd.?
-Primero los agudos, porque siempre se trata de agudos en el mundo de la ópera, luego los filados y también la época. Yo tuve la suerte de vivir los últimos diez años de la gran ópera. Una época extraordinaria porque los compositores se murieron pero los grandes directores de orquesta seguían viviendo y con ellos la tradición de la ópera, como un espectáculo de oír más que de ver. Ahora se ha transformado en un espectáculo visual más que auditivo.
-¿Cómo analizaría Vd. los tenores de aquellos años?.
-En todas las épocas hubo siempre tres o cuatro tenores excepcionales. Cantantes con voz y musicalidad, temperamento, gusto y clase, muy pocos, siempre han sido muy pocos.
-Hablemos un poco de la evolución del canto. Hoy en día los grandes cantantes dicen que se es más respetuoso con el compositor. ¿Vd. piensa esto también o no?.
-Hoy la sublimación de una función es cantar a tiempo y ni siquiera eso se consigue porque hace poco escuche una retransmisión desde la Scala y orquesta y coro iban por su lado. Hay un libro fabuloso de Furtwangler, “Sonido y palabra”, que cuenta lo que es la evolución de la ópera. El cantante tiene dos instrumentos: sonido y palabra, pero se ha perdido la palabra completamente, existe el sonido. Los cantantes no pronuncian. Verdi dijo a un tenor que debía servir mas al poeta que al compositor. Esto no es lo que pasa hoy, va todo deprisa y corren, corren… Hay poca humildad. Un cantante debe servir a la música y no al revés. Se debe cantar con el alma. El canto es felicidad, no una profesión. Por eso no hay cantantes como los de antes, porque hay mucho negocio en vez de entrega.
-¿Se llevaban entonces mejor entre Vds.?. ¿Es buena la rivalidad?
-Para mi es un sentimiento negativo porque cada uno tiene sus facultades, sus características. Yo siempre he admirando a mis grandes colegas, sigo todavía llevándome muy bien con todos los tenores. Hay cosas más importantes que la rivalidad. Es una profesión tan grande el poder cantar, el vivir cantando. ¿Por qué pensar en rivalidad?. Si tratas tu profesión como un negocio entonces pones más la atención a la publicidad…
-Eso ha aumentado en esta época.
-Bueno, vivimos una época de consumo, de masas. Yo nací en una época donde el artista era un misterio. Ahora ellos mismos tienen sus propios agentes publicitarios para que todos hablen de cada uno de ellos.
-Vamos a hablar un poco de repertorio, de la evolución que hubo en usted. He tenido ocasión de escuchar a justo hace muy poco el primer disco que Vd. grabó y desde aquel primer disco al ultimo hay muchas diferencias.
-Ese disco fue una historia maravillosa, yo tenía 22 años y había una señora que me seguía y en Suiza me pidió grabar para ella un disco pagándome 50 francos suizos cada aria. En una hora grabé 10 arias. Este fue mi primer disco comercial.
-Y desde entonces la voz cambió muchísimo…
-No solamente la voz, todo: el pelo, los dientes, la cara, todo cambia.
-¿Vd. yo creo que ha sido el cantante más comunicativo que ha habido en aquellos años. Eso quizá perjudicó un poco a la voz, ¿volvería a cantar igual con su actual experiencia?
-Los grandes cantantes siempre sabían muy poco de técnica. Gigli me dijo una vez:”sí estoy en el hotel, me encuentro bien, voy al teatro y canto mal; si estoy en el hotel, mal, voy al teatro y canto bien… No hay técnica, no hay trucos. Solo se trata de coordinar todo lo que la naturaleza nos ha dado. Si quiere llamar a esto técnica, bien llámelo técnica, pero… Ahora hablo con usted piano, si quiero llamar a al camarero habré de levantar la voz y automáticamente el cuerpo, el diafragma, los pulmones se coordinaran. Hoy lo llaman técnica. Me resbala esta cuestión. Para mi es una caricatura la técnica de hoy. Vivimos en una época en que la gente habla demasiado, empezando por mi mismo en estos momentos.
-Sinceramente, Sr. Stefano los primeros tenores de hoy en día, Pavarotti, Domingo, Carreras, etc. ¿Qué papel hubieran hecho en los años 50?.
-No se puede decir que es lo que hubieran hecho en los años 50. Son grandes tenores…, pero hubieran cantado su propio repertorio. Digamos que un tenor lírico como Pavarotti no hubiera cantado “Pagliacci” o “Trovatore” y José también hubiera cantado un repertorio lírico siempre, como la “Lucia”. Yo dije una vez a periodistas franceses que me consideraba el menos famoso de los tenores franceses, porque al principio mi repertorio era casi todo francés, muy lírico. Luego, con los años, fui ampliándolo. Esa es la diferencia. Hay muy pocos cantantes buenos y muchos teatros, porque ahora la opera tiene un boom enorme, y se los rifan para cualquier papel.
-¿Existe realmente ese boom?.
-Existe porque la sociedad actual es la del consumo, la de gastar dinero, comprar coches… Hay gente hasta para ver el golf.
-Hemos hablado antes de los grandes maestros que estaban en activo cuando Vd. cantaba, ahora los directores de escena parecen tener también mucha importancia en el mundo de la ópera…
-Ha cambiado debido a la televisión. Se ha transformado en un espectáculo visual. En mi época también hubo grandes registas que utilizaban grandes escenarios…, pero hoy los cantantes se mueven igual de mal que antes, porque cuando uno tiene que cantar lo más importante es cantar. Los directores de escena no enseñan, quien enseña es el maestro de canto. Para actuar y cantar se necesita una respiración y una posición del cuerpo muy natural de manera que puedas moverte de forma normal, tranquilo.
-¿Vd. cree que los directores de hoy, tanto de orquesta como los escenográfos, están más o menos preparados que los de antes?
-Los directores de orquesta de hoy no conocen el canto, ni Karajan lo conocía. Saben quizá quien canta bien y quien mal, pero la manera de cantar no la conocen.
-¿Que opina de los directores de los teatros?.
-Es una época en la que los políticos quieren mandar, entran a saco en todos los ámbitos de la vida actual, lo que cuenta es el poder. Se comportan como si fueran los dueños. Hace anos que ya es así, Ghiringhelli lo era. Ellos iban a Roma a sacar dinero por el teatro, se sentian muy importantes… Pasaron los tiempos de Toscanini y de Sabata, la dirección artística está en las manos de gente que no son artistas, a pesar de que la ley dice que el director artístico tiene que ser un músico de celebrada fama. Pero primero, no hay músicos de celebrada fama y como solo hay cuatro o cinco cantantes buenos, esos a quien el publico adora, van a tener que cerrar los teatros.
-Otro aspecto muy polémico hoy en día es esa labor de popularización, de difusión, que están haciendo por ej. Domingo, Carreras, cantando música moderna, napolitanas, etc. pero Vd. ya lo hizo hace muchísimos años, incluso participo en 1966 en el Festival de san Remo con la Canción “Per questo voglio te”, aunque con fortuna adversa.
-Bravo. Si, en aquellos años fue como un pequeño escándalo. Yo nací cantante de canciones y una buena voz puede también cantar canciones con bravura. Lo de San Remo es otra historia. Se movía mucho dinero, las casas discográficas…Estamos en una época en que el dinero marca todo. El mundo de la ópera vive sobre todo porque es un símbolo del pasado, una cosa romántica. La gente sigue añorando a las personas con una garganta privilegiada que hacen salir notas imposibles. !Ah la voz!. Recuerdo que un día Gigli me dijo: “¿tu fumas?, te vas a arruinar los agudos. Mi madre me hizo jurar en su lecho de muerte que jamás fumaría”. Y yo le conteste: “Ya, pero es que mi madre aun vive” y no he dejado de fumar puros.
-Me gustaría que hablásemos ahora un poco de una colega suya, de María Callas.
-Como mujer fue extraordinaria en el aspecto que vivía por y para el amor. Por amor a Onasis dejo de cantar y por amor a mi volvió a cantar. Antes siempre me había querido como amigo. Éramos jóvenes los dos, mediterráneos, cantábamos de una forma parecida y el destino nos unía vez tras vez. Como cantante poseía, no uno, sino dos o tres instrumentos extraordinarios, instrumentos que no se oyen más. Pero si hoy es un mito se debe a que el publico capto su necesidad de vivir el amor por encima de todo. Tenia la enfermedad de la pasión. La pasión nos da los momentos mas mágicos de nuestras vidas pero también nos destruye.
-Yo les escuché a los dos en la gira final, cuando cantaron en Madrid, ¿Cual fue realmente el motivo de aquella reaparición?
-María siempre quiso volver a cantar desde que se desilusiono de Onasis. Cuando en el 1972 la encontré le hice notar que había olvidado la respiración, los músculos que sirven para cantar pero ella quiso cantar. No hay cantante que no quiera regresar al canto. Hubo otras razones, pero son muy profundas, muy personales de ella misma. La suerte hizo que nos volviéramos a encontrar en un momento en que ella estaba cansada de la vida y esperaba la muerte. Cuando en la vida uno ha tenido tantos dones naturales se cansa…. Para ella fue fácil llegar a ser la primera cantante del mundo, pero además ella quería ser la primera mujer del mundo. El drama suyo fue siempre la falta de un amor que siempre iba pidiendo. Quería vivir como mujer, olvidarse de la Callas y ser una niña de doce anos. Pero tenia una gran cabeza y eso la impedía ser tonta y solo los tontos pueden ser verdaderamente felices. De jóvenes siempre estábamos bien juntos, teníamos el mismo estilo. Yo seguía viviendo del canto…y la ocasión se presento.
-Usted compartió con ella sus últimos años de vida. ¿Cómo transcurrieron”?.
-Tendría usted que haber visto el cambio entre la Callas de los primeros conciertos de nuestra gira y la de los últimos. Al principio era incapaz de cantar arias, de cantar sola, por eso el programa constaba solo de dúos. Había perdido el control del diafragma, los músculos del canto, al quedarse tan delgada en su propósito de querer ser mujer. Luego, ya un poquito en Madrid, empezó a atreverse con las arias y toda la gira fue un triunfo para ella, por su personalidad o lo que fuese. En aquellos meses fue completamente feliz. Hubo momentos inigualables en los conciertos. Su expresión en los ojos, las manos, cuando cantábamos “Cavalleria rusticana” eran únicos. No hay ninguna otra artista igual. Para mi el teatro es mas importante que la música y ella era el drama vivo.
-Y sus últimos años hasta el 77 ¿cómo fueron, en que estado de ánimos se encontraba?.
-Muy mal, porque ya sabe, la gente, sus amigos… yo casado…… la envenenaron. Un año antes de que muriese me aleje de ella. Estaba vacía, estaba como muerta…y a mi me afectaba. Yo tenía que vivir de mi canto y por eso me distancie. Continúe escribiéndola, la decía que la quería… Se murió pronto.
-Sinceramente ¿Vd. piensa que fué muerte natural o no?
-No, en Japón ya había pasado con frecuencia que iba como muerta. Tomaba tantas píldoras para dormir, las más feas y más terribles, que la sangre que no le llegaba al cerebro. Así pudo tener un colapso cerebral. Pero ella quería morir, no tenía ningún interés. Hay almas que son muy viejas, que han vivido muchas vidas, entonces se consumen rápido, no viven hasta los 90 años, se mueren, ya han vivido todo. Esta es mi opinión. Era una mujer con un destino enorme, con un enorme corazón de mujer, veía niños por la calle y quería vivir como ellos, como vivía aquí en Verona, cocinando para el Sr.Meneghini. … Este contraste la mato. Dijese por ejemplo en Corelli, con aquella voz, la figura…, pues los nervios lo retiraron. Es casi como el infierno, hay gente que no aguanta.
-¿Vd. es una persona con montones de anécdotas y que además le encanta contarlas, cuénteme una relacionada con Callas.
-Hay muchas…, de teatro por ejemplo. Cuando canté la primera vez con Karajan la “Lucia”. Al final del ensayo del primer acto, que termina con sendos agudos y un beso de soprano y tenor, Callas y yo no nos besamos y Karajan chillaba: “El beso, el beso”. Como nosotros ni caso, subió al escenario, agarro a Callas, la beso y mientras lo hacia me dijo: “ves, ves, no muerde”. Yo le conteste que si, que no se preocupase porque no le contaría nada a Meneghini. ¿Le parece bien todo lo que le he contado?,¿está contento?.
¿Quién no?.
Gonzalo ALONSO
Sin duda un tesoro de entrevista y muy interesante el punto de vista de Giuseppe. Muchas gracias!