La música ante el Coronavirus
La música ante el Coronavirus
El mundo de la música no tardó en general en reaccionar ante la epidemia del coronavirus, aunque algunas entidades estuviesen más remisas de la cuenta en un inicio. Prácticamente todos los teatros y salas de conciertos de Europa y muchos de EEUU están cerrados y bastantes promueven iniciativas en streaming para el público enclaustrado en sus casas. Así el Met, las óperas de Viena, Londres, Munich, Real, Liceo, Maestranza, etc. aunque en algunas de estas retransmisiones de grabaciones de sus respectivos catálogos haya sorpresas. Así el Met está desbordado con cola de espera y Paris no puede verse en España. En publicaciones en internet como beckmesser.com hay guías con enlaces a las páginas respectivas.
Sin embargo el mundo de la música es algo más que sus instituciones. Así el principal viola de la Scala, tenores como Maurizio Marchini, se han asomado a sus balcones para entonar el “Vinceró” de “Nessun dorma” e incluso otros ofrecen conciertos desde su habitación via web de pago, emulando a esa Italia que al unísono cantaba el “Azurro” de Celentano. La solidaridad es amplia entre un sector que se halla muy perjudicado. Los artistas, que no tienen una nómina a la que agarrarse y ni siquiera un ERTE, han visto canceladas todas sus actuaciones y, en general, no cobrarán sus cachés.
Pero nuestra cultura incluye otras muchas profesiones. Nosotros mismos, los críticos, ya no tenemos conciertos sobre los que escribir, ni notas a programas de mano o conferencias e incluso los periódicos nos anuncian que, no teniendo centros donde vender su papel, lo reducirán al mínimo y no publicarán nuestros artículos. Hay mucho autónomo en el medio y, de momento, el gobierno sigue sin suprimir las cuotas. Las revistas musicales en papel van dejando también de imprimirse para, como los teatros, ofrecerse en abierto en internet y, tanto éstas como las exclusivas en webs, ven llegar órdenes anulando publicidades…
Todos vamos a sufrir, tanto la enfermedad como económicamente. Por eso resulta interesante estudiar las reacciones que, ante lo segundo, se van produciendo. El gobierno alemán ha prometido una millonaria inversión en cultura para paliar los efectos, mientras el español aparentemente va a postergar nuevamente la ley del mecenazgo. Los abonados de la Ópera de Palermo han decidido no solicitar la devolución de las entradas adquiridas para espectáculos cancelados. No supondrá algo económicamente sustancial para el escenario de “El Padrino III”, pero empieza a insinuar el cambio de mentalidad que se producirá en el mundo. La English National Opera ha manifestado su intención de pagar a los artistas a pesar del cierre. No así el Met donde Peter Gelb, su director, ha advertido que puede asumir pérdidas durante un mes pero se enfrentaría a un verdadero desafío económico si el cierre se prolonga y no podría continuar pagando al personal fijo. Opera Australia se plantea la venta de algunas de sus mayores propiedades para obtener recursos con los que superar la crisis….
El mundo cambiará mucho cuando esta situación se supere. ¿Acaso nos imaginamos ahora discusiones en los mismos tonos vividos por temas como el pin parental o la eutanasia? No, será otro mundo, ahora desconocido, pero estoy seguro que será un mundo de agradecimiento a quien haya sido solidario con las situaciones de unos y otros y de desprecio a quien no. Mientras tanto, está bien que nos anímenos cantando con Alsina y Ombretta Colli en Onda Cero “Facciamo finta che tutto va ben”. Gonzalo Alonso
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