Las entidades de música sin pronunciarse, Kaufmann y Tézier si
Las entidades de música sin pronunciarse, Kaufmann y Tézier si
Las cancelaciones continúan sucediéndose a medida que se publican nuevos protocolos de actuación, pero son los Gobiernos los que informan y no sus responsables
Como recoge el diario alemán Welt, “apenas un director ha hablado sobre la situación de los teatros, óperas o salas sinfónicas”. El mundo de la cultura continúan paralizado, las plataformas de streaming se llenan de producciones pasadas y las presentaciones de nuevas temporadas se retrasan hasta una inevitable comparecencia sin público.
Ni siquiera el comienzo de la próxima temporada estará exento de complicaciones. El distanciamiento social limita el aforo y obligará a replantear el espacio de la platea. La Filarmónica de Berlín, detalla el periodista Manuel Brug, tiene poco más de 2.000 asientos pero aunque todo apunta a que no podrán ocuparse la mitad porque las normas de distancia entre personas es de 20 metros cuadrados, los directores de los teatros no lo han confirmado.
La cultura como superviviente prevalece en el imaginario. La confianza en su resistencia continúa retrasando los paquetes de ayudas, aumentando el cálculo de pérdidas y apoyándose en la exhibición gratuita. Pero este paréntesis afecta a una industria billonaria, cuyos profesionales se encuentran ya en la sexta semana sin empleo ni prestación y seguramente sean los últimos en volver a sus puestos de trabajo.
Sin embargo, ni los gobiernos ni los líderes políticos se han expresado en detalle, apoyado al sector o clarificado las medidas. Y mientras, muchos se reafirman en la idea de que no percibirán nada durante los siguientes 6 meses.
En Munich, el público se entera de las cancelaciones por el Gobierno y no por los teatros, mientras estos reiteran las mismas palabras de los ministerios de cultura internacionales, palabras reconfortantes, “la cultura es indispensable”, “la buena salud implica bienestar cultura y social”.
Matthias Goerne publicó una carta abierta a la ministra de Cultura alemana, Monika Grütters, que desde el principio se ha dirigido a los artistas para confirmar su compromiso con ellos, en la que advertía que los artistas menos favorecidos siguen siendo muy vulnerables y es la responsabilidad de Gobierno que su situación mejore. Fue firmada también por René Pape, Christian Thielemann y Anne-Sophie Mutter.
Por su parte, también Ludovic Tézier se ha dirigido a las autoridades francesas con un texto en el que subraya la naturaleza ya precaria de los artistas antes de la crisis. A su voz se ha unido la de Jonas Kaufmann, con quien ha lanzado una petición para que los Gobiernos mantengan las artes vivas. En apenas 24 horas se superaron las 5.000 firmas.
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