Traviata en el Real: ejemplo de por donde irán las cosas
Traviata en el Real: un ejemplo de por donde irán las cosas
El Teatro Real realizará mañana la presentación a prensa de su próxima temporada, mientras el Liceu la anuncia para el día 17. No hay información de Valencia, Bilbao o Sevilla. Lo hará con 27 periodistas y críticos sentados en el escenario, algo parecido a como Daniel Bianco hizo un par de veces en el Teatro de la Zarzuela. Se tomarán las medidas oportunas para que no existan riesgos pero, he de confesar, que, a pesar de haber sido invitado, no acudiré presencialmente y seguiré el acto por streaming.
Seguro que mañana, además de adelantar una temporada que ya veremos hasta qué punto se podrá llevar a cabo tal y como se anuncie, se hablará también del primer espectáculo que piensa ofrecer el Real tras el desescalamiento del coronavirus. El Teatro Real se ha empeñado en mantener “La Traviata” y efectuarla con el aforo limitado que marquen las normas. Esta misma semana declaraba Peter Gelb que, con limitaciones de aforo, el Metropolitan no abrirá sus puertas en septiembre próximo. Son dos posturas muy diferentes.
¿Cómo será esta “Traviata” del Real? Pues nos va a desvelar algunas de las claves de lo que nos espera a público, artistas y gente del teatro. Dado que el aforo se reducirá, para poder atender a los abonados y quienes compraron entradas se pasará de las 19 funciones previstas a 30. Por supuesto no se podrá disfrutar de la puesta en escena completa de Willy Decker, sino que se realizará una versión medio escenificada. En un momento determinado se llegó a barajar ofrecerla sin descanso, a fin de reducir iteraciones del público, pero no hay soprano que pueda cantar Violeta de corrido. El descanso habrá de ser más largo para que el público pueda moverse con tranquilidad sin apelotonarse.
Si las funciones empiezan a primeros de julio, los cantantes habrán de ensayar durante junio, lo que significa que llegarán -como puedan- a Madrid en los próximos días, con lo que no tendrán más remedio que pasar la cuarentena antes de pisar el escenario del Real. Eso quiere decir que el teatro tendrá que abonarles esas dos semanas de alojamiento extra y, posiblemente, cambiar la política que habitualmente sigue para la remuneración de ensayos. A los artistas principales se les mantendrá el caché estipulado en sus contratos. Ahora bien, dado que han de cantar una decena de funciones más, se les ha propuesto a cada uno de ellos que intervengan en un par adicional a lo que tenían en contrato y lo hagan por una cantidad muy inferior, en torno a los mil euros. Al parecer, todos ellos ha aceptado. Lo hacen en parte como su tributo a los efectos de la pandemia y en parte porque muchos artistas están desesperados sin ingresos durante meses. Ellos no pueden beneficiarse de ERTES y necesitan seguir pagando sus casas y ritmo de vida. No todos tienen un patrimonio detrás.
Los tiempos que vienen van a obligar a cambiar muchas cosas. Los artistas cobrarán menos, asistirá menos gente a los espectáculos, por las limitaciones de aforo y porque unos se quedarán en casa por miedo y otros porque la crisis económica les habrá golpeado. Yo, personalmente, no iré a representación alguna por seguridad. En octubre, Dios dirá.
Al haber una limitación de aforo, ello implicará una reducción de la taquilla. También podría suceder que incluso los precios de las entradas hubieran de rebajarse, puesto que no es lo mismo una representación como las que se han venido realizando que una a medio gas, semi escenificada. Normalmente esta reducción de taquilla habría de ser compensada por una mayor aportación de las Administraciones Públicas. ¿Sucederá así? No lo veo claro. Muy posiblemente, lleguen recortes a los teatros y la duda es cómo van a poder mantener las programaciones previstas tras esos recortes y con menor taquilla. Por otro lado, los programadores se van a encontrar con un problema adicional: los espectáculos suspendidos o sus artistas deberían recolocarse en unas próximas temporadas que ya están prácticamente cerradas en muchos teatros, con lo que habrán de reformarlas. “Reformar”, esta es la palabra que nos vamos a encontrar en el futuro con la misma intensidad que ahora “desescalar”.
Apenas se habla de todas estas cosas y de otras muchas por las que se está retrasando tanto la presentación de temporadas, No vienen tiempos fáciles y, sinceramente, no envidio a los responsables de nuestras instituciones culturales, gerentes y directores artísticos. Van a necesitar mucha cabeza, mucha suerte y muchas pastillas para el insomnio. Desde aquí mi comprensión y apoyo. Gonzalo Alonso
Qué inmensa suerte la de los que hemos podido asistir a tantas funciones de ópera y conciertos de calidad extraordinaria en todos estos años!
Que vuelva pronto la vida de antes!
Efectivamente, a los abonados nos gustaría saber como se va a representar con un aforo limitado, pero no hemos recibido ningún tipo de información por parte del Real, únicamente ofertas para suscribirnos “con coste” a Óperas pasadas para visualizarlas Online e información para pagar nuestro abono de la temporada que viene, pero nada sobre La Traviata.
Esperamos a que lo hagan para decidir.
Estamos un tanto confusos pues sabemos por los medios de comunicación que se puede renovar los abonos. Pero, al menos yo, no he recibido la programación por escrito como en años anteriores.
Para mi es ir un poco a ciegas, pues no se si las funciones que no se dieron como y cuando me van aser abonadas si se mantienen los mismos asientos o vamos a tener que cambiar de lugar.
Espero que se nos informe más y mejor.