Leonie Rysanek, diva más allá del escenario
Leonie Rysanek, diva más allá del escenario
En su trabajo como extra, la periodista Lois Silverstein recuerda con cariño el tato humano, empático y amable de la cantante Leonie Rysanek
Formar parte de una producción operística fue uno de los grandes placeres de la periodista Lois Silverstein, quien participó como extra en varias funciones de la Ópera de San Francisco. Durante año, Silverstein ajustó los meses de verano a los ensayos de las óperas que tomarían el escenario durante los meses de septiembre a noviembre.
Con especial entusiasmo recuerda su trabajo junto a la cantantes Leonie Rysanek, tan diva delante como detrás del escenario: “Cuando el director de escena se escandalizó por el sonido de mis zapatos al correr para ayudar a Rysanek a cambiarse de vestuario y me pidió que me fuese del teatro, Rysanek le contestó implorando que me quedase”, recuerda. “En ese momento podría haberme hundido. Rysanek me devolvió la confianza y pasé noches sin dormir repasando mis movimientos para no fallar en la representación frente al público”.
Sin embargo, la agitación y nervios del directo traicionaron sus manos, que no aseguraron todos los broches del vestido de Rysanek. “Las lágrimas me quemaban los ojos, casi me desmayo”, confiesa Silverstein.
Para su sorpresa, el cariño de la cantante volvió a restituir su ánimo. Ni el público, ni el director ni Rysanek dieron más importancia al automático, que de ninguna manera eclipsó la calidad y fuerza de la voz de la cantante.”Siempre estaré agradecida a Leonie Rysanek, por su amabilidad, bondad y empatía”.
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