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Por Publicado el: 13/08/2020Categorías: Colaboraciones, Noticias

Chanchullo en la Filarmónica de Gran Canaria

Chanchullo en la Filarmónica de Gran Canaria

Dos candidatos presentan un recurso de alzada y una protesta formal contra el “irregular” nombramiento de Christian Roig como gerente de la orquesta. Un nuevo chanchullo emborrona y ensucia la vida sinfónica española. En esta ocasión en la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, que acaba de nombrar al violinista valenciano Christian Roig

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Orquesta Filarmónica de Gran Canaria y Karel Mark Chichon

director gerente tras un cuestionado “concurso público” cargado de sombras e irregularidades. La discreta carrera profesional de Roig como violinista –fracasó en su imposible intento de ingresar por oposición en la Orquesta Nacional de España pese a tener el empuje y apoyo incondicional del entonces director técnico, Félix Alcaraz– es paralela a su gestión como gerente de la muy discreta orquesta manchega “Sinfónica Verum”, un conjunto radicado en Tomelloso (Ciudad Real) y así llamado por estar patrocinado por “Bodegas y Viñedos Verum”. Se trata de una orquesta de circunstancias –“de bolo” en el argot musical–, cuya última temporada fue la 2018-2019, según reza la propia página web de la orquesta (https://sinfonicaverum.wordpress.com/). Desde el 25 de abril de 2019 no consta ninguna actuación. Aquel día ofreció un concierto en el Teatro Municipal de Tomelloso. En los 17 meses transcurridos desde entonces, no aparece ni una sola actuación.
Las Palmas no es Tomelloso. Ni la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria es la inerte “orquesta” de las bodegas y los viñedos. Inescrutables son quizá los caminos que han conducido a Christian Roig a convertirse en gerente de una orquesta del calibre técnico y artístico de la Filarmónica de Gran Canaria. Desde luego, no parece que hayan sido sus méritos profesionales ni su párvula trayectoria artística y gerencial. Todo apunta a que ha sido más bien el camino del amiguismo, o de la política, o de la complicidad con asuntos oscuros que poco o nada tienen que ver con la música. Solo así cabe explicar que Roig, apoyado por sus padrinos, se haga cargo de la gerencia de una orquesta cuya trayectoria y solera reclaman un profesional de méritos y solvencias al menos equiparables a los del conjunto grancanario. Entre las irregularidades denunciadas en el cuestionado proceso de selección figuran cambios de fechas de la convocatoria, así como de baremos y de los criterios de valoración considerados, o un “interrogatorio” final realmente delirante… Incluso la apertura de un segundo plazo de inscripción de candidatos –presumiblemente para poder incorporar expresamente a Christian Roig, que no aparecía entre los candidatos admitidos inicialmente–.
Son estos algunos de los hechos –más que argumentos– alegados por dos candidatos que han hecho público su disconformidad con un proceso selectivo –modelo horma de su zapato–

CHRISTIAN-ROIG

Christian Roig

en el que Roig incluso contó en el día de la mencionada entrevista personal con el privilegio “de esperar para la misma en el despacho del Administrador (Juan Carlos Saavedra), mientras que el resto de candidatos tuvieron que hacerlo juntos en la planta baja”, según refieren fuentes presenciales.
Las numerosas anomalías, de las que la prensa grancanaria se ha hecho amplio eco, han motivado que los dos concursantes se decidieran a imponer recurso de alzada ante lo que consideran “flagrante alteración de las bases y un atropello a la equidad e independencia que han de marcar cualquier proceso selectivo de carácter público”. Un documentado y detallado artículo publicado el pasado martes por el diario Canarias7 y firmado por Victoriano S. Álamo, informa de que “dos de los participantes en el concurso público para designar al nuevo gerente de la Fundación Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC) han alzado la voz de manera oficial y por escrito contra las ‘irregularidades’ que, según ellos, se produjeron durante el proceso selectivo, y que favorecieron al ganador del mismo, el violinista y gestor valenciano Christian Roig Puig”.
El detallado artículo, titulado “Presentan un recurso de alzada y una protesta formal contra el concurso”, se explaya en mil y un detalles que apuntan claramente a que el concurso se ha configurado para otorgar la plaza al violinista valenciano, quién jamás ha gestionado una orquesta de la calidad y presupuesto de la Filarmónica de Gran Canaria, en cuya próxima temporada aparecen nombres tan punteros internacionalmente como Christoph Eschenbach o Leonard Slatkin, que compartirán el podio, entre otros, con el director titular, el británico Karel Mark Chichon, cuyo inexpresivo silencio resulta particularmente estruendoso en una decisión que afecta directamente a su condición de máximo responsable artístico y musical de la orquesta.
Asombra que una orquesta de la solera, profesionalidad y nivel de la OFGC se ponga en manos de una persona de tan corta y doméstica trayectoria artística y gerencial como Christian Roig. “El o la participante en el concurso que responde a las iniciales NMM”, agrega Canarias7, “ha presentado un recurso de alzada, mientras que CMJ ha enviado una carta de protesta formal al presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, en la que también avanza que en los próximos días presentará un recurso de alzada”.
En sus escritos ambos candidatos coinciden en denunciar, siempre según el diario Canarias7, “que durante el concurso se abrió un segundo plazo de subsanación de la documentación presentada, que no figura en las bases, y que gracias al mismo la puntuación de Christian Roig Puig se disparó hasta el punto de pasar de excluido a ser el candidato con una mejor valoración”. Se da la circunstancia de que en el listado provisional de admitidos aparecen doce personas y que, “sin que esté recogido en las bases de la convocatoria”, se dictara un plazo “de subsanación”, de tres días. “La persona que finalmente es elegida, Christian Roig, consta con documentación no recibida. Lo cual es un hecho insubsanable”, asegura el denunciante.
Ambos candidatos eliminados subrayan también la irregularidad cometida en la valoración de los conocimientos lingüísticos de Roig. “En las bases”, señalan, “se exige un nivel de inglés B1 del Marco Común Europeo de Referencia (MCER). [Roig] no cumple las bases de la convocatoria. Sin B1 en inglés, no debe ser ni admitido”, se asegura en uno de los recursos presentados, en el que se solicita “la adopción de la medida cautelar consistente en dejar sin efecto el nombramiento del candidato CRP como gerente de la OFGC”.
Si el proceso en sí ha sido realmente estrambótico, más aún lo han sido las preguntas formuladas verbalmente a los candidatos en la entrevista final, de corte ciertamente surrealista, en las que parece clara la intención del Cabildo de Gran Canaria –responsable de la Orquesta– de diezmar su presupuesto un 50% y cuestionar la dirección artística de Karel Mark Chichon. Ayer mismo, Canarias7 publicaba un nuevo y escrupulosamente documentado artículo, firmado igualmente por Álamo, en el que también se denuncia este hecho, y en el que se deja en evidencia el delirante propósito de mermar y minimizar las actividades de la OFGC por parte del Cabildo de Gran Canaria.
“Durante la entrevista presencial con la que culminó el proceso selectivo para la designación del nuevo gerente de la Fundación Orquesta Filarmónica de Gran Canaria”, publicó ayer Canarias7, “los cinco finalistas tuvieron que responder a cuatro cuestiones que plantearon una posible reducción del 50% en el presupuesto de la formación insular, la no disponibilidad del Auditorio Alfredo Kraus y el Teatro Pérez Galdós para los conciertos y un escenario de conflicto económico con el director titular artístico, que en la actualidad es Karel Mark Chichon”.
Las preguntas en concreto fueron:
1) En caso de que el Cabildo decidiera reducir al 50% su aportación a la orquesta, ¿qué haría para garantizar su financiación?

2) En caso de que, en un caso [sic] de fuerza mayor, no pudieran celebrarse los conciertos en el Auditorio ni en el Pérez Galdós, ¿cómo resolvería la situación?

3) Imagine que el Director Artístico compromete con un artista invitado una partida que supera con creces el presupuesto previsto, ¿cómo actuaría?

4) Incidiendo en la posibilidad de que el Cabildo reduzca su participación en un 50%, ¿considera posible la viabilidad de la orquesta?

Las cuestiones son realmente inquietantes. Tanto por lo que supone de falta de conocimiento y rigor de los “preguntadores”, como sobre todo por la voluntad evidente de reducir sustancialmente la fecunda labor artística, social y pedagógica de una orquesta que, además de figurar en el grupo de cabeza de los buenos conjuntos sinfónicos españoles, es símbolo y referencia de lo que Gran Canaria y las Islas Canarias han sido y son en el ámbito de la cultura musical española y europea. Disparates como el aquí denunciado no pueden destruir este bien labrado prestigio. La afición, Canarias, los 175 años de historia de su veterana Filarmónica de Gran Canaria y su espléndida realidad han de quedar preservados de chanchullos y tentaciones provincianas. Justo Romero

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