Música: tan despistados como todos
Música: tan despistados como todos
Las cosas en música no son tan diferentes a todo lo demás. Andamos también muy despistados y, entre tanto despiste, hay quienes se aprovechan. Es impactante seguir los enlaces musicales de esta y encontrarse las barbaridades que suceden día tras día.
Así nos enteramos de cómo, en Italia, se estudia llevar a juicio al director de un importante teatro, el Regio de Torino, a Alessandro Ariosi -uno de los principales agentes artísticos en aquel país y en España- y al administrador, que ascendió desde un puesto de corista. Se trasluce de lo que cuenta la prensa italiana que Giancarlo del Monaco tenía asegurada la intendencia del Regio, porque así se lo confirmó la alcaldesa en su propia casa, pero se cruzó el supuesto amigo corista de ella y, al parecer, junto con el agente convencieron a la alcaldesa de nombrar a otro con el que se podrían programar más a favor producciones y artistas. Se apartó a del Monaco con la falsedad de que su edad no le permitía acceder al puesto. Falso como luego se demostró. Tejemanejes que, si se demuestran, tendrán repercusión más allá de Italia.
Italia no deja de asombrar. Recordemos que parece que no hay italianos capaces de dirigir sus teatros más emblemáticos y los políticos han de acudir a los Lissner, Pereira, Meyer, Schwarz, etc. (https://www.larazon.es/cultura/verguenza-los-extranjeros-le-roban-la-opera-a-italia-PD25269789/) ¿Y luego qué sucede? Confieso que nunca me gustó Lissner. Tuve bien claro de qué iba cuando pasó fugazmente por el Real. Ahora la ha montado en Nápoles, a donde llegó incomprensiblemente. La prensa italiana se escandaliza por los 320 despidos de trabajadores del Teatro San Carlo a partir del 7 al 17 de abril del 2021 y puede haber otros 10 días de suspensión a finales de julio (del 20 al 31 de julio) y a principio de septiembre (del 1 al 11 de septiembre) en el caso que la situación de la pandemia no mejore. Orquesta, ballet, coro, técnicos, administrativos… Todo, en la práctica, por una deficiente administración. Nada más llegar al teatro se contrató a los más grandes artistas, se fue el dinero y ni siquiera queda ahora para streamings. El propio Lissner había anunciado con gran fanfarria la continuación de las actividades, aunque reelaboradas en clave digital. Pero esto no ha sucedido. Podríamos seguir con otros teatros italianos, pero cambiemos de ruta.
Los cuerpos estables del Met llevan sin cobrar desde el inicio de la pandemia, a pesar de las llamadas de atención de Muti, Nézet-Séguin y tantos otros. El teatro, cerrado desde abril, ha continuado su actividad de manera virtual con una selección diaria gratuita de sus producciones por streaming y ciclos de conciertos de pago con grandes estrellas de la lírica internacional – Joyce DiDonato, Javier Camarena, Angel Blue, Piotr Beczala o Anna Netrebko -, sin contar con la Orquesta, a la que tampoco contrató para la Gala de Año Nuevo, retransmitida desde Alemania. Peter Gelb, el jefe, dice que nadie le entiende.
Ya se sabe lo que son las redes sociales y los bulos frecuentes que contienen. Están llegando mensajes contando que en “Peter Grimes”, en el Real, ya van siete positivos. ¿Cierto o falso? Habrá que preguntar a Ana Pastor. También si es cierto que es el equipo de Dudamel el que decide que medios pueden asistir a sus ruedas de prensa en el Liceo y que se está dejando sin acreditación a habituales a estos actos. Y, entre los desconciertos, también el seguir un streaming de “Siegfried” desde la Ópera de San Francisco en coproducción con la de Washington y encontrarte con la caravana, la excavadora, etc de la producción del Real. ¿Quién se ha inspirado en quién? ¿Robert Carsen o Francesca Zambello?
Y, para colmo, el tuit del director Leone Magiera: “Ho diretto Lucrecia Borgia con Caballé, Kraus y Taddei. Carmela Remigio è molto più artista di Montserrat“. Leer para creer.
Y todo esto no es más que una muestra del desconcierto en que andamos… Gonzalo Alonso
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