La Ópera de Viena presenta su temporada 21/22

La temporada incluye 5 nuevas producciones, el debut operístico de Cecilia Bartoli, y las actuaciones de Juan Diego Flórez, Christian Gerhaher, Anja Kampe y Pablo Heras-Casado

Ópera Estatal de Viena

Bogdan Roscic, director de la Ópera de Viena, y Philippe Jordan, director artístico y musical, han presentado esta mañana la nueva temporada de la casa, que amplía su programación hasta julio y presenta el tardío debut operístico de Cecilia Bartoli. La mezzosoprano será responsable, junto a su formación Les Musiciens du Prince-Monaco y el maestro Gianluca Capuano, de cerrar la temporada con el ciclo ‘Rossini Mania’, una serie de dos óperas y una gala lírica que celebran el bicentenario de la ‘fiebre Rossini’ que se apoderó de la capital austriaca. 

Con Bartoli como protagonista de cada cita, el ciclo se abrirá con La Cenerentola (28 de junio), con Edgardo Rocha, Nicola Alaimo y Carlos Chausson; y continúa con Il Turco in Italia, en la que cantarán junto a Bartoli, Ildar Abdrazakov, Nicola Alaimo y Barry Banks (3 al 7 de julio). Cierra el ciclo una gala lírica con Varduhi Abrahamyan, Rolando Villazón e Ildar Abdrazakov (8 de julio).

Italia y el belcanto marcarán también el inicio de la temporada, que contará con una nueva producción de Il Barbero de Sevilla de Herbert Fritsch con Juan Diego Flórez, Marianne Crebassa e Ildar Abdrazakov en los papeles protagonistas. Este es el primero de los 5 estrenos que incluye la temporada, al que siguen Don Giovanni, Mozart(5 al 20 de diciembre) con Kyle Ketelsen, Hanna-Elisabeth Müller y Stanislas de Barbeyrac, dirección musical de Philippe Jordan y escénica de Barrie Kosky; Wozzeck, de Alban Berg (21 de marzo al 3 de abril) con Christian Gerhaher y Anja Kampe, dirección musical de Philippe Jordan y escénica de Simon Stone; Tristan und Isolde, Wagner (14 de abril al 1 de mayo) con Andreas Schager, Martina Serafin, René Pape y Ekaterina Gubanova, dirección musical de Philippe Jordan y escénica de Calixto Bieito; y L’Orfeo de Monteverdi (11 al 18 de junio) con Slávka Zámecníková y Georg Nigl, dirección musical de Pablo Heras-Casado y escénica de Tom Morris.

La temporada volverá a poner sobre su escenario 3 títulos de Mozart, Le Nozze di Figaro, Die Entführung aus den Serail y La Flauta Mágica, que se suman al estreno de la nueva producción de Don Giovanni, dado el interés de la actual dirección de la Ópera por la obra del compositor y su vinculación con el Teatro; Wagner, como punto de inflexión en la composición operística, de quien se recuperarán El holandés errante, Parsifal y la Tetralogía del Anillo en formato festival; Verdi, el dramaturgo musical más importante del siglo XIX, junto con Wagner, y compositor a quien la Ópera de Viena dedica siempre un amplio porcentaje de su temporada. El próximo año, podrán verse Falstaff, La Traviata, Otello, La Traviata, Otello, Nabucco, Don Carlo, Macbeth y Rigoletto; de Puccini, presencia regular en la capital austriaca, se retoman Tosca, La Bohème y Manon Lescaut, tres de sus títulos más queridos por el público; y de Strauss, director de la Ópera de Viena entre 1919 y 1924, la se recuperan tres de sus óperas, muy diferentes entre sí, como retrato del compositor: Salomé, Der Rosenkavalier y Capriccio.

Agrupadas como ‘clásicos modernos’, el Teatro propone tres títulos “vinculados con los logros del Romanticismo en el siglo XX: leitmotifs, melodías expresivas de gesto amplio, refinadas armonías y tímbrica opulenta”. Se trata de Das verratene Meer, Peter Grimes y Die Tote Stadt. La temporada vuelve la mirada a la recepción de la ópera rusa en Viena con dos títulos de Chaikovsky, Eugene Onegin y La dama de picas, y Borís Godunov de Musorgski. 

El belcanto será protagonista esta temporada con 6 títulos que combinan la tragedia y la comedia: L’elisir d’amore, Don Pasquale, La Cenerentola, Anna Bolena, Lucia di Lammermoor e I Puritani. Por último, en contraste con el repertorio ruso e italiano, la Ópera de Viena propone tres óperas francesas del siglo XIX que, aún canónicas en el estilo francés, recurren a la tradición de los países vecinos: Fausto y Werther, con Alemania en su imaginario; y Carmen, enmarcada en la atmósfera española.

La temporada se completa con L’Incoronazione di Poppea, con la que se da comienzo a una revisión de la obra de Monteverdi; Adriana Lecouvreur, que regresa a Viena 8 años después de su última puesta en escena; y Die Fledermaus, que concluye la temporada.

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