El régimen Talibán prohíbe la música en público
El régimen Talibán prohíbe la música en público
El profesor y compositor Dr. Ahmad Sarmast, fundador del Instituto Nacional de Música Afganistán, ha compartido su temor por los estudiantes y músicos del país
En su primera entrevista con medios occidentales desde que los Talibán tomase Afganistán, el portavoz Zabihullah Mujahid declaró al New York Times el pasado 25 de agosto – disponible aquí – que, aunque el actual régimen será más moderno que el que gobernó el país hace 20 años, “la música estará prohibida en público”. “El Islam prohíbe la música”, continúa, “esperamos poder convencer a la gente a que no haga este tipo de cosas, en vez de tener que presionarlos”.
Con la llegada de los talibanes, el Instituto Nacional de Música de Afganistán cerró sus puertas. Su fundador, el Doctor Ahmad Sarmast, confesó a la BBC el miedo que sienten los estudiantes: “Nuestros alumnos están muy preocupados. Son plenamente conscientes de que si vuelven a la escuela seguramente sufran las consecuencias”.
Sarmast, el primer afgano en obtener un doctorado en Australia, fundó el Instituto hace más de una década y luchó por llevar de nuevo la música a las aulas una vez esta estuvo prohibida bajo el régimen talibán entre 1996 y 2001. Al contrario que en la mayor parte de las instituciones, la escuela abogó por la educación mixta y niños y niñas aprendían juntos tanto repertorio afgano como música clásica occidental. El programa de Sarmast estaba especialmente dirigido a niños huérfanos o familias con escasos recursos. Además, el Instituto promovió la formación de la primera orquesta de mujeres, Zohra, que se actuado para grandes audiencias tanto dentro como fuera de sus fronteras y se erigió como símbolo de la nueva identidad afgana.
Con la toma del país por los talibán, el futuro del Instituto y sus estudiantes es incierto. “Los jóvenes temen por su futuro, no solo por su educación y el programa musical sino sobre todo por su vida. No se sienten seguros en Afganistán”, continúa el Dr. Sarmast, consciente de que tanto sus estudiantes como los trabajadores de la escuela y él mismo están señalados por los militantes del régimen.
El ejército ha reclamado su presencia en el país y Sarmast insiste en que únicamente negociará con los líderes talibanes: “Solo regresaré a Afganistán si se me permite continuar con mi labor de los últimos 13 años, y dedicar mi conocimiento y habilidades al servicio de los niños y la juventud afgana”, concluye emocionado, pidiendo a sus compañeros músicos que no rindan sus voces y apoyo y solidaridad a la comunidad internacional.
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