ORQUESTA Y CORO DE LA COMUNIDAD DE MADRID (M. DIAKUN)

Mundos nuevos 

Obra de Manchado, Debussy y Dvořák. Celia Alcedo (soprano) y Berna Perles (soprano). Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Maestro de Coro: Josep Vila. Dirección musical: Marzena Diakun. 16 de septiembre  

Marzena Diakun se presenta con la ORCAM

Arrancó la ORCAM su temporada con nuevos aires en la dirección y dinámicas ya consolidas en la elección de repertorios. Y para quien quisiera captarlos había también mensajes bien dispuestos a lo largo de todo el programa: una primera pieza de nuevo cuño de una compositora madrileña, una segunda obra por descubrir y una tercera de absoluto repertorio pero interpretada bajo un prisma nuevo.

Abría el programa una pieza de Marisa Manchado, El árbol rosa, encargo de la Fundación SGAE y la AEOS. Manchado es una voz firmemente establecida con un discurso coherente y rico durante las últimas décadas, tanto dentro como fuera de los pentagramas. No sorprende, pues, la concurrencia del talento de Manchado con los textos de Emilia Pardo Bazán que imbrican la obra, en pleno centenario de su muerte y cuando todavía no se han apagado los ecos de las cartas a Benito Pérez Galdós recientemente publicadas. La partitura se mueve entre lo discursivo y lo atmosférico, con un uso privilegiado del viento madera y una construcción del sonido atractiva. Manchado se toma su tiempo para desarrollar su propio lenguaje tímbrico en favor del contenido poético del texto. La soprano Celia Alcedo se dejó atrapar por la atmósfera y aportó color y coherencia al conjunto, muy bien recibido por el público. 

Continuaba el programa con un Debussy joven, de extrovertida oscuridad, en La Damoiselle élue. La pieza, último compromiso adquirido por Debussy con la Villa Medici tras ganar el Prix de Rome, bascula entre el cromatismo wagneriano y el propio lenguaje del compositor desarrollado para Pelleas et Melisande —de hecho, el compositor revisó la partitura para llevarla a los nuevos terrenos descubiertos en 1902, tras su experiencia operística—. Aquí se pudo ver mejor la mano de la nueva directora, Marzena Diakun, que propuso una lectura delicada pero con detalles inquietantes, dejando asomar por instantes la belleza decadente de la partitura. El coro y la soprano Berla Perles se sumaron a la propuesta con buen gusto.   

Quedaba para finalizar la velada el primer paso de la panorámica sobre la música eslava que quiere ofrecer Diakun, y que nos llevará de Dvořák a Martinů. La Sinfonía nº 9, op.95, “Del Nuevo Mundo” buscó, efectivamente, nuevas coordenadas estilísticas. Se buscaba un enfoque más analítico pero sin perder expresividad, con una cuidada planificación dinámica y especial trabajo en el empaste de madera y metales. Se consiguió parcialmente, de forma más exitosa en el Largo. La orquesta acompañó con interés la propuesta, aunque todavía le queda camino para ajustarse a las nuevas ideas. Mario Muñoz Carrasco