Crítica: Álvaro Albiach dirige la OV. En tono valencianuniversal
ORQUESTRA DE VALÈNCIA.
En tono valencianuniversal
Álvaro Albiach (director). Xavier Torres (piano). Programa: Obras de Llácer Plá (Concierto para piano y orquesta) y Mendelssohn-Bartholdy (Sinfonía Escocesa). Lugar: Teatro Principal. Entrada: Alrededor de 500 personas. Fecha: 21 octubre 2021.
Fue un buen concierto, que ni siquiera pudo destrozar la terrible acústica sin concha del Teatro Principal. Sus protagonistas, cuatro valencianos cuyos horizontes siempre han volado más allá de los límites confortables de la Terreta. Músicos valencianunivesales, dos ya fallecidos y dos felizmente presentes. Dos generaciones y cuatro artistas unidos por la fidelidad irrenunciable a sí mismos y desplegar su actividad musical más allá de cualquier localismo o conveniencia.
Tanto el compositor Francisco Llácer Pla (1918-2002) como el pianista Fernando Puchol -homenajeado en este concierto, cuando aún no se ha cumplido el primer aniversario de su muerte, en diciembre de 2020, por Covid- apuntaron sus miras hacía una universalidad que nunca conoció de fronteras ni compromisos. Fue precisamente Fernando Puchol (1941-2020) el destinatario y artífice del estreno del único concierto para piano y orquesta de Llácer Pla, en Madrid, con la Orquesta Nacional, en marzo de 1986. Una obra que hay que enmarcar entre lo mejor del repertorio concertante de la música española.
En esta ocasión, en este homenaje al inolvidable Fernando Puchol, en el que uno de sus hijos habló de los “pucholitos” (en alusión a sus muchos discípulos) y evocó la alegría con que su padre siempre retornaba a València, el solista del concierto ha sido otro grande del teclado valenciano, Xavier Torres (1982), quien aportó su virtuosismo y lucidez musical a una interpretación que Puchol hubiera aplaudido con la misma emoción con que el jueves lo hizo su viuda, la también pianista Ana Bogani, desde el patio de butacas del Teatro Principal. Precisamente, el mismo coliseo en el que muchos años atrás, en 1948, un niño de siete años llamado Fernando Puchol ofreció su primer recital, con obras de Beethoven, Chopin y Schubert.
Y fue Schubert, el introspectivo pero luminoso Schubert del ‘Andante sostenuto’ de la Sonata en Si bemol mayor, el lento y extenso regalo con que Torres correspondió al aplauso encendido y unánime con que el público agradeció su brillante y pulida versión del concierto de Llácer Pla, que resultó enriquecida por el acompañamiento meticuloso e idiomático de un Álvaro Albiach que volvió a lucir su evidente maestría. De su mano, la OV dejó sentir su versátil ductilidad, con intervenciones tan excepcionales como las protagonizadas por la violista Pilar Marín en los dos maravillosos solos que le regala la escritura indagadora de Llácer Pla, “Don Paco” para los todos le conocieron y quieren. El sonido diáfano, emotivo, afinado e hiperexpresivo de su viola estableció atmósferas de verdadera excelencia.
Álvaro Albiach es maestro competente, concienzudo y ya con muchos galones de profesión y buen hacer. Nacido en Llíria, en 1968, y ganador del Concurso de Besançon (él y López Cobos han sido los únicos vencedores españoles de tan prestigioso certamen de directores de orquesta) redondeó el programa con una vibrante, descriptiva, unitaria y cuidadosamente narrada versión de la Sinfonía escocesa de Mendelssohn-Bartholdy, perfectamente calibrada entre el futuro cercano de Brahms (¡Segunda sinfonía!) y el clasicismo al que tanto mira la acabada escritura mendelssohniana. Perfecto colofón de una afinada noche cuyo tono estuvo marcado por la más genuina y universal cultura valenciana. Justo Romero
Publicada el 26 de octubre en el diario Levante.
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