Crítica: Un concierto de la RTVE para la reflexión

Obras de Soutullo, Falla y Woyrsch. Esperanza Fernández, cantaora. Orquesta Sinfónica RTVE. Miguel Ángel Gómez-Martínez, director. Teatro Monumental. Madrid, 11 de noviembre de 2021.

Primera reflexión. Lo comprobamos ya hace unos días en el concierto en el que se entregó el Premio de Composición Musical Reina Sofía: muy poco público en el Monumental. Menos aún en el de esta semana. Algo muy deprimente tanto para los artistas como para el público asistente. Razones y soluciones han de existir. Cierto que la edad media de los asistentes a los conciertos de la RTVE es de las más elevadas en este tipo de salas, que puede haber habido defunciones en estos terribles meses y que posiblemente habrá ahora mucho miedo. Los precios también influyen, cuando con esas edades se pueden adquirir entradas buenas en la OCNE o el CNDM por menos de 10€. Que no me digan que la misión de esta agrupación es grabar para TVE, cuando luego se emiten los conciertos a hora intempestiva y no son tantos los servicios de otro tipo para la casa. Hay que añadir al Monumental otro tipo de público y las bautizadas como “Noches del Monumental” no son una solución.

Segunda reflexión. Abrió la velada “Alén”, una pieza de nueve minutos de Eduardo Soutullo que nos parecieron bastantes más. El tipo de obra que ya no se lleva por el mundo. Como declara Saariaho «La música es comunicación, debe llegar a la gente». Esta no lo logra.

Esperanza Fernández, Miguel Angel Gómez-Martínez y la Orquesta Sinfónica RTVE

Continuamos con otra que sí lo hace: “El amor brujo”, en la versión con todo el texto y que recitó y cantó Esperanza Fernández con una deficiente amplificación para una voz que denota el paso del tiempo y una intérprete con demasiado afán personalista. Aún así disfrutamos de una versión fiel y llevada con autoridad por Gómez-Martínez, un maestro seguro, claro en el gesto, cada día más expresivo y siempre atento con los intérpretes.

Tercera reflexión. Acabamos de reemprender la senda sinfónica y ya empezamos a cansarnos de cuartas de Brahms, en definitiva de un repertorio muy machacado en el que no es fácil que el público habitual encuentre alicientes y menos con la incomodidad de las mascarillas. Por eso hizo bien el maestro en ofrecer una sinfonía inédita de un compositor prácticamente desconocido. Ya se sabe que normalmente por algo duermen muchas músicas en el baúl de los recuerdos, pero la “Sinfonía n.1” de Felix Woyrsch (1860-1944) merece escucharse y se hace con agrado. Autor autodidacta, bebe mucho de Brahms en el notable e inspirado tercer movimiento, también en el impulso del primero, con cinco notas incisivas, reiteradas pero bien manejadas. El tiempo final, algo Bruckneriano,  se hace eterno, parece que el compositor no supiese como terminarlo y hay varios momentos perfectos para que lo hubiera concluido. Sin embargo se empeñó en añadir una larguísima coda que poco aporta e incluso cierra peor de como lo hubiera realizado en compases previos a ella. Una partitura notable que nos hace sentir curiosidad por sus otras cinco sinfonías, sus óperas y su mucha música de cámara. Interpretación de Gómez-Martínez con matices, contrastes, sobre todo vida en las notas y buen sonido de la Sinfónica RTVE. Gonzalo Alonso