Las tres reinas Tudor de Mariola Cantarero: “Hay vida más allá del Teatro Real”
La soprano, que triunfa en canal Sur con el programa “Tierra de talentos”, cumple el sueño de cantar por primera vez los tres finales de las tres reinas Tudor en Espacio Garaje Lola
Hace un receso la soprano en su estudio, la cabeza, dice, va a echarle bombas y, de vez en cuando, hay que hacer un receso. Junto a las partituras de las tres reinas, que eso son palabras mayores y que cantará la semana que viene en Madrid, están compartiendo mesa las de “El gato montés”, que llevará en febrero al Teatro Maestranza de Sevilla (con dirección musical de Óliver Díaz y las voces de María Rodríguez, Sandra Ferrández, Simon Orfila, Juan Jesús Rodríguez y Antonio Gandía), y los ensayos para cantar el tema de “Titanic” junto a Pastora Soler en la cuarta semifinal de “Tierra de talentos”.
“Esto que me está pasando es un no parar, pero me siento tan contenta y afortunada. Pasa una vez en la vida y has de aprovecharlo. Hay vida más allá del Teatro Real. Yo estoy feliz, me siento cómoda, me valoran y hago lo que quiero”, asegura. La suya, tras el nacimiento de su hijo, que tiene cinco años, ha dado un giro. Mariola Cantarero decidió pararse a pensar, valorar y anteponer su vida y la de su familia, sobre todo, al pequeño y a una existencia “que era hacer maletas, cantar, volver al hotel, hacer la maleta de nuevo. Y así días, semanas y meses. Me limitaba a cantar y no había nada más. El resto no existía”, dice.
Animal televisivo
Subraya que está “agradecidísima” a su carrera. A todo lo que le ha dado, a la experiencia que ha adquirido, a los veinte años de trabajo en teatros de España y de medio mundo. A los premios que ha ganado, como el Operalia en 1999. A todas las mujeres que ha interpretado sobre un escenario, de Adèle a Lucía, pasando por Gilda o Soleá. Pero, ¿por qué no poder hacer otras cosas?, se preguntó un día. Y llegó la televisión y se comió la cámara: “Cuando me dicen que soy un animal televisivo yo replico que lo que soy es una soprano, otra cosa es que me gusten los charcos”, cuenta mientras no deja de reír. Define su momento vocal actual como “espléndido” y se muestra radiante y feliz de poder debutar los finales, tragiquísimos los tres, de esta terna de mujeres Tudor donizzetianas, nada menos que tres soberanas, entre amigos: Isabel I, Maria Suarda y Anna Bolena. Será el día 28.
“Me dijo Emiliano (Suárez) que si no lo hacía conmigo no lo hacía con nadie. No me lo pensé porque es cumplir un sueño”. Mariola estudió en el Real Conservatorio de Música de Granada, pero no llegó a acabar los estudios. Cumplidos los cuarenta su marido la animó a terminar. Le echó ganas “y así, callaica y con mucha humildad fui poquito a poco como una hormiguita hasta que me lo saqué. Mi trabajo de fin de carrera fue sobre la trilogía Tudor y el de fin de Máster, también”, como para no sabérselas de principio a fin. “Tarde o temprano iban a llegar y yo las iba a cantar porque las tenía en la cabeza y en la garganta”, añade.
Hablar con Radvanovsky
El montaje en el Espacio Garaje Lola, cuya alma mater es Emiliano Suárez, cuenta con un imponente vestuario de unos diseñadores canarios, y con un coro de alumnos de la Escuela Superior de Canto. Y allí irá la artista, dispuesta a que la corten dos veces la cabeza y a enloquecer una tercera: “Menudas maneras de morir. Se trata de tres mujeres con las personalidades sumamente marcadas, bien diferentes y complicadas de cantar; sin embargo, creo que me van como anillo al dedo”, confiesa.
Si tiene que elegir un espejo en el que mirarse vuelve los ojos a la inmensa Sondra Radvanovsky, con quien ha hablado largo del tema, de cómo cantar e interpretar a estas tres reinonas. Es a la que más se acerca. No olvida, no obstante, a Mariella Devia, la clase enorme de la cantante y su pulcritud, aunque ella lo hará a la manera de Mariola Cantarero. Lo interpretará con partiquinos. “Es así como me parece que se entiende mejor al personaje y te permite en los momentos de descanso bajar la laringe y recolocarte. Sé que es una burrada, pero le imprimo mi manera de sentir. Me siento en este momento bastante más madura, lírica y rotunda”, comenta. Mientras, no hay fechas para regresar ni al Teatro Real ni a la Zarzuela. Ella no tiene la menor prisa. Ambos escenarios los ha pisado ya unas cuantas veces y los responsables de ambos coliseos saben cómo canta. Ahora prefiere tomarse su tiempo y situar por delante las prioridades que considera. Gema Pajares
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