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Por Publicado el: 19/02/2022Categorías: Colaboraciones

¿Qué guarda “El sobre verde”?

El Teatro de la Zarzuela presenta su sexto Proyecto Zarza, basado en este “sainete con gotas de revista” compuesto por Jacinto Guerrero y Joaquín Jiménez a finales de los años 20 y que por primera vez dirigen dos mujeres: Cecilia Bercovich en la parte musical y Nuria Castejón en la escénica

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Ensayo de ‘El sobre verde’ en el Teatro de la Zarzuela (c) Gonzalo Barrueco

La revoltosa, El dúo de la Africana, La verbena de la Paloma, Agua, azucarillos y aguardiente, Amores en zarza y a partir del 21 de febrero (y hasta el 26 en funciones matinales para escolares y abiertas a partir de las 20:00 los días 23, 25 y 26) El sobre verde. Son hasta ahora las seis obras, dentro del Proyecto Zarza, que ha impulsado el Teatro de la Zarzuela con el objetivo de acercar un género único y absolutamente español a todos los públicos. Y del que su director y creador, Daniel Bianco, se siente especialmente orgulloso. Las tres últimas producciones han superado los 100.000 visionados y este delicioso “experimento” se alzó el año pasado con el Premio Ópera XXI a la mejor iniciativa de fomento de la lírica: “Yo diría que es como un pulmón de aire, no solamente fuera del teatro, sino también dentro, que abre un abanico de posibilidades a los jóvenes”, comenta. El día 23 la función de las 11 se emitirá vía streaming en el canal de YouTube y el perfil de Facebook del Teatro de la Zarzuela.

Difícil selección

Habla de la diferencia de actitud entre el primero de los casting, en el que, lo contaba hace un tiempo, los jóvenes se ponían en jarras para cantar, y este último, “con chavales buenísimos tanto los que forman el elenco como los que se quedan fuera. Cada año nos lo ponen más difícil”, explica con orgullo, y añade que “no se quejan nunca, y eso que tiene que trabajar seis horas con mascarilla, es lo que nos está tocando vivir. Cuando se la quitan ni se reconocen”. Algunos de estos chicos han participado en varios Zarza (no suelen repetir) e incluso ya han cantado en zarzuelas grandes.

Una de las premisas del proyecto es huir de las individualidades y optar por montajes en los que prime el elemento colectivo y coral: “Nadie tiene un protagonismo especial, sino que todos participan, disfrutan de su momento”. Y en este momento el director y su equipo han optado por abrir la puerta a un género nuevo, apostar de manera clara y decidida por este divertido sainete de Guerrero y Jiménez: “Esta música de los años 20 es una maravilla, híbrida, en la que tienen cabida desde el fox al chotis, el tango o el charlestón, con números muy visuales”. Los jóvenes ensayan con pasión, disfrutan y sudan la camiseta y se meten en la piel de Nicanor, un desgraciado que pretende sacar beneficio de un billete de lotería y hace tratos nada menos que con la Fortuna. Desfilan chicas con pelo a lo “garçon”, pollos pera y toda una suerte de divertido microcosmos de los felices 20. Apunta Bianco que en este mundo nuestro tan inmediato, la obra desprende una moraleja, una enseñanza que tratan de poner en valor: “Que la vida es un cabaré, podemos jugar y disfrutar, pero no nos equivoquemos, que las cosas se logran trabajando. No se puede confiar todo a la suerte. Ese es el mensaje que queremos que quede y que lo visual ayuda a que entre”.

El estreno en el Apolo

Álvaro Tato es quien ha adaptado el texto y escrito una de las canciones. La Fundación Guerrero ha dado al director del coliseo total libertad para enfrentarse a la obra y representarla. Este sainete se estrenó en enero de 1927 en Barcelona y en marzo llegó al madrileño Apolo, aunque años después, en 1934, fue retocado por el propio compositor. Expectante con el resultado, satisfecho con el trabajo de grupo y con los mimbres que están en escena el trabajo se redondea con este detalle: por primera vez la dirección estará a cargo de dos mujeres: Cecilia Bercovich en la parte musical y Nuria Castejón en la escénica: “Me gusta especialmente porque mostramos una realidad que existe y que está ahí y damos visibilidad a un hecho que es real, algo que a los jóvenes les parece lo más natural del mundo, pero que no ha sido lo frecuente que haya mujeres dirigiendo este género”, asegura.

Bianco cree totalmente necesario que la zarzuela se conozca. Es un género español, nacido aquí “y que tiene que conocerse y divulgarse. Si, una vez visto no te gusta, bien, no pasa nada, pero no puedes enjuiciarlo o apartarlo si lo desconoces. Ignorarlo, no. Tú tienes que saber de dónde vienes porque tu ADN musical no es el de “El rey León”. No puedes no saber de Velázquez, El Greco, Lorca o Lope de Vega. ¿A que sabes quiénes fueron? Pues lo mismo ha de suceder con la zarzuela, que es un género musical hecho por nosotros”, apostilla satisfecho. Gema Pajares

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