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Por Publicado el: 26/04/2022Categorías: En vivo

Crítica: Alzira en el Palacio Euskalduna

¡¡¡Enhorabuena!!!

Fecha: 23-IV-2022. Lugar: Palacio Euskalduna. Programa: Alzira, ópera en un prólogo y dos actos, con libreto de Salvatore Cammarano y música de Giuseppe Verdi. Intérpretes: Carmen Solís (Alzira), Sergio Escobar (Zamoro), Juan Jesús Rodríguez (Gusmano), David Lagares (Ataliba), Josép Miquel Ramón (Álvaro), Vicenç Esteve (Ovando), María Zapata (Zuma), Gerardo López (Otumbo). Coro: Ópera de Bilbao. Orquesta: Bilbao Sinfonietta. Director de escena e iluminación: Jean Pierre Gamarra. Director musical y maestro concertador: Daniel Oren. Coproducción: ABAO Bilbao-Ópera, Gran Teatro Nacional de Perú, Opéra Royal de Wallonie.

Escena-Alzira-ABAO

Escena Alzira ABAO

En esta fecha se daba fin, ¡después de 16 años! a un proyecto en el que la ABAO ha culminado una gran apuesta: subir a escena representada la totalidad de las óperas escritas por el mago de Le Roncole y uno de los lideres principales de la historia de Italia, Giuseppe Fortunino Francesco Verdi. Se ha dado fin a un ambicioso proyecto “Tutto Verdi”, y en la función que en estas líneas se valora ha habido muchos más méritos que deméritos y, aunque no es costumbre, hemos de empezar por estos últimos, para finalizar con las hermosas libaciones sentimentales que esta ópera ha producido.

Resulta notoria la desubicación escénica sacándola fuera de la realidad histórica en que, al menos, el poeta Cammarano la encuadra: al barítono Rodríguez, en el papel de Gusmano, en vez de matarlo clavándole un cuchillo, hace que Zamoro le descerraje un tiro, y el hombre muere de pie, sin caerse, con la cabella gacha; los incas oprimidos son decorados en el coro final con los clásicos chullos peruanos, y a los españoles les coloca golilla, cuando en escenas anteriores todos iban vestidos a la moda de mediados del siglo XX. Todo esto transcurre dentro de un paralepípedo rectangular luminoso de dos metros de ancho por doce de largo. El público se merece un mayor respeto para un cierre tan importante como ha sido el “Tutto Verdi”.

Aunque en su momento Alzira no gustó, quienes tuvimos la fortuna de escucharla en el Euskalduna salimos con un magnífico sabor en el paladar de la lírica. Una obertura brillante, pese a su pequeña duración. Un jarroncillo con muchos aromas que saldrían después. Una estructura escénica muy bien compensada entre el prólogo y los dos actos siguientes. Unos momentos vocales para el lucimiento de los cantantes, pese a determinadas dificultades melódicas que contiene la escritura. El prólogo y el acto I, de un tirón, una pausa de 30 minutos. Apuesto, sinceramente, a favor de que Alzira vuelva a ser vista en otras condiciones escénicas pues es pieza lírica muy interesante y con muchos matices musicales de meritoria apreciación.

Tener en el podio del foso orquestal a Daniel Oren es ya una garantía. La batuta del israelí vivió pendiente de todo cuanto ocurría arriba y bajo y gran parte del éxito de la velada se debe a su dominio de la partitura y a estar atento de los cantantes. Cuando parecía que el andar de los tiempos era ostensiblemente rápido luego venían páginas de una dulzura primorosa que a las que Oren exprimió todo su aroma.

La soprano Carmen Solís hizo una Alzira de mucho mérito, con una voz lírica potente, cuajada en buena textura de colores y dejando su rotunda sorpresa en la compleja cavatina “Riposa. Tutte, in suo dolor vegliante …” seguida del poderoso recitativo “Figlia … Padre!”, para terminar con un precioso duetto con Gusmano “Il pianto … l’ambascia …di lena mi priva”, en el que la inca estuvo por encima de barítono conquistador. Una voz importante es la de tenor toledano Sergio Escobar, que nos presentó un jefe de tribu Zamoro con una voz de elegante proyección y muy cuidada técnica de lírico spinto, pese a la complejidad que su trabajo tiene sobe todo en el dúo con Alzira en el casi final del acto II “Chi fia?”, “Ah l’ombr sua”. El esplendor del registro central del barítono onubense Juan Jesús Rodríguez es de verdadero lujo, quedando un poco corto en el grave y con problemas en las notas de paso para ir al agudo. Su actuación resultó un tanto estática. Fue muy apreciada su aria final “Irne lungi ancor”.

El resto de elenco de voces solistas fue de una calificación de notable muy alto, así como el coro que estuvo en todo momento bien sujeto por la batuta de Oren, pues la dispersión de los coralistas, en la dirección de escena, tuvo su riesgo, siempre correctamente resuelto en el empaste.

Me reitero en la enhorabuena con que se inicia esta crítica y en sinceras felicitaciones para cuantos, ausentes y presentes, han participado en esta epopeya del “Tutto Verdi”. ¡Ahí queda para los que vengan! Permítaseme una sugerencia, y que no sea tomada como osadía: ¿para cuándo un “Tutto Puccini”, empezando por un Tríptico completo?, y así podamos gozar de todas sus obras, alguna de las cuales apenas suben a los escenarios. ¡Ánimo, Bilbao puede con eso y más! Manuel Cabrera

Un comentario

  1. Maite de la Fuente 27/04/2022 a las 01:40 - Responder

    He visto la función de estreno y la segunda función , siendo está mucho más redonda que la primera
    Anoche Juan Jesús Ridtiguez bordó el papel de Gusmano. Y en general todos estuvieron mejor..

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