Crítica: XXV Semana de Música Aita Donostia
El arte de la perseverancia
Fechas: 10, 11, 12 y 17–VI– 2022. Lugar: Iglesia de los Padres Capuchinos, de San Sebastián. Coros participantes: Choeur Ascèse, Orfeón Pamplonés, Coro San Juan Bautista (Lejona), Coral Aita Donostia (San Sebastián), Coro Kantaka (Lazcano), Coro Julián Barrenetxea (Azpeitia), Coro Urmaiz (Ormaiztegui). Directores: Philipe Mendes, Igor Ijurra, Basilio Astulez, Javier Alberdi. Programas: Polifonía sacra y folclore.
Inmensa era la satisfacción del gran músico Javier Alberdi, perfeccionista director de coros y potente organizador y productor de eventos musicales, cuando a las 21.20 del pasado día 17 finalizó -en un éxito general – el 25º encuentro de la Semana Musical, amparada bajo el nombre de aquel monje del capuz, el franciscano, José Gonzalo Zulaica. Conocido también con el nombre religioso de José Antonio Donostia o por el alias de Aita Donostia (10 de enero de 1886-30 de agosto de 1956), el eminente compositor, musicólogo y renombrado organista fue admirado por genios internacionales como Arbós, Pérez Casas, Casals, Ravel y un largo etcétera. En nuestro suelo donostiarra ha tenido que ser la iniciativa privada la que, años tras año, de la mano y el impulso del incombustible Javier Alberdi, ha conmemorado las presentes Bodas de Plata que en estas líneas de valoran.
En la primea jornada del día 10 intervino la agrupación vocal francesa Choeur Ascèse, que cuenta con la guía y el apoyo de la ciudad de Anglet -en territorio galo se suele entender de otra forma más brillante el apoyo a la cultura-, presentándonos un ensemble mixto de calidad, destacando su arte en el precioso canto suletino Quand j’ai ouy le tambourin sonner de Claude Debussy, con un especial compás 5/8 cuajado en una ‘delicatesen’ de afinación. Resultó gozosa la elegancia canora con la que se hizo de la obra tradicional servia Fatise kolo.
El concierto del día 11 estuvo a cargo del señero Orfeón Pamplonés, fundado en 1865, haciendo un emotivo recuerdo hacia al compositor franciscano Lorenzo Ondarra. Destacaron la preciosidad de su Pater Noster y la muy atractiva obra Rex Gloriae del joven compositor vasco Josu Elberdín, que contó con el apoyo sonoro y vibrante de dos trompetas y el continuo del órgano de Gerardo Rifón. Buen acoplamiento en las voces bajo la rectoría de Igor Ijurra.
El tercero encuentro coral, el día 12 corrió a cargo del Coro San Juan Bautista, que hizo la galanura de la especial técnica de concertación que siempre muestra su director Basilio Astulez, uno de los principales astros concertantes de voces en tierras vascongadas y allende las mismas, dejando unos inmejorables aromas sonoros con la obra Cantus Missae del natural de Vaduz (Liechtenstein) Josef Gabriel Rheinberger.
El broche final de esta XXV semana musical, del pasado día 17, estuvo centrado en la gran obra escrita por Karl Jenkins The Armen Man – Una misa por la Paz, escrita en el año 2000, contra la guerra de Kosovo y que ha sido todo un referente musical netamente antibelicista -. En esta ocasión se escuchó la versión reducida con piano, flauta, órgano, trompetas, cello y percusión. Los cuatro coros intervinientes (Aita Donostia, Kantata, Julian Barrenechea y Urmaiz), cada uno con sus peculiaridades sonoras, fueron ensamblados de modo ejemplar por Javier Alberdi, dejando momentos inolvidables como el Kyrie y el maravilloso y emotivo Banedictus, abierto con el solo del cello de Alejandro Saul Martínez. Los aplausos, bravos y ovaciones fueron rotundos. Manuel Cabrera
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