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Por Publicado el: 28/06/2022Categorías: En vivo

Crítica: Homenaje a Pablo Sorozábal en el Teatro Victoria Eugenia

Un don Pablo casi desconocido

Irene-Sorozábal-Jone-Martínez-y-Nerea-Sorozábal

Irene Sorozábal, Jone Martínez y Nerea Sorozábal

Han sido tres jornadas -de continuo- dedicadas a la memoria de un músico que tuvo la grandeza de ser leal a sí mismo (como siempre decía repasando su compleja vida), en las que se ha rendido un merecidísimo homenaje al maestro Pablo Sorozábal Mariezcurrena, que siempre mostró un indubitado amor por su tierra natal, por su suelo vasco, sin adscripción política alguna, lo que le llevó por duros sinsabores y mezquinos desprecios. Hoy, en su ciudad, San Sebastián, aún no hay un rincón de verde frescor, donde figure un busto suyo, dotado con su peculiar manera de vestir ‘txapela’.

El gran acierto de la programación -días 22, 23 y 24 del presente junio- ha sido el de presentar a un don Pablo poco conocido o, mejor dicho, muy poco interpretado, lo que ha supuesto una gran sorpresa, en permanente alabanza, para el público. Aquí se ha hecho una fuerte apuesta por la obra del compositor de mayor calado personal, contando para ello con el beneplácito de la familia Sorozábal, incluyendo la participación de dos biznietas del maestro, una mezzosoprano y una violonchelista. Mérito total del factótum Carlos Benito.

En la primera jornada, la del día 22, intervinieron la mezzo Irene Sorozábal Moreno, la soprano Jone Martínez, el pianista Mario Lerena (autor del recomendable libro ‘El Teatro Musical de Pablo Sorozábal‘), y la guitarrista Izaskun Sans, con quien se inició el concierto acompañando a ambas cantantes en ‘Ocho canciones a dos voces inspiradas en motivos vascos’ en las que florecen las esencias melódicas de tonadas populares cantadas por el pueblo llano, el mismo en que el joven Pablo disfrutaba acudiendo a correr la “sokamuturra” (el toro ensogado); ya tradición perdida. Hermosa es la obra ‘Oración de la madre del torero’ compuesta a la memoria de Turina. La joven Sorozábal, dotada de una cuidada musicalidad, tiene una tesitura de mezzo ligera, que le permite entrar en terrenos de soprano spinto. Por su parte, Jone Martínez, es una voz de bello timbre y generosa expresividad, como se le apreció en su participación de los ‘Siete lieder’, en euskera o batúa. Impecable el acompañamiento de la guitarra de Izaskun Sanz.

En el segundo encuentro, del día 23, dedicado íntegramente a música de cámara y conformado por el ‘Ensemble Sorozábal’ que integran Nerea Sorozábal y Ángela Lobato (violonchelos), Bálint Váray, Pablo Suarez (violines), Paula García (viola) y Darío Llano (piano), ofrecieron una velada fascinante. Ahí queda para el recuerdo el ‘Cuarteto en Fa mayor para cuerdas, Op. 3’ (obra de juventud escrita en 1920, en la que el sello armónico de Sorozábal ya queda fijado para siempre) y las hermosura de la Suite de “La del manojo de rosas”, en versión para violín y violonchelo, en la que su biznieta dejó ver el alma del bisabuelo, y la Fantasía a sexteto de “Black el Payaso”, zarzuela de referencia para conocer de verdad al gran Sorozábal.

En el tercer encuentro, del día 24, relució la pasión de don Pablo haciendo del txistu el protagonismo de la velada, contando para ello con la Banda de Txistularis de San Sebastián, el coro de voces graves Eragiyok, de Astigarraga, y el de voces mixtas Mendi, de Santiesteban (Navarra), y la afamada -en verdad- agrupación de danza Kresala, haciendo como maestro de ceremonias José Ignacio Ansorena. Fue un concierto lleno de alegría, donde apasionó la obra ‘Irugarren kalez kale’ que el maestro Sorozábal escribió en 1936 y que en 1980 pasó a ser conocida como “La Marcha de Deba”, y la preciosidad de la obra ‘Chantons, mes chers amis’ (a modo de homenaje al país vascofrancés) donde el coro de Astigarraga dejó la impronta de su muy buena categoría.

Pero es que aquí no acaba todo, amén de la edición de un bien documentado libro editado por Donostia Música, de 157 páginas, ya que los días 16 y 18 del próximo diciembre, esta entidad musical mendicante (como siempre lo fue la música), nos hará el regalo navideño de la zarzuela “Adiós a la Bohémia” que don Pablo escribió en 1933, contando, como excepcional libretista, con don Pío Baroja y Nessi. Dirigirá Víctor Pablo Pérez. Manuel Cabrera

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