El Festival de Salzburgo responde a la denuncia millonaria por impago
La dirección subraya el cumplimiento de los contratos modificados a raíz de la pandemia de acuerdo a las condiciones consensuadas con los artistas
La pasada semana, el abogado George Strait declaró en una rueda de prensa realizada en Viena la posibilidad de iniciar un proceso de demanda contra el Festival de Salzburgo por un supuesto impago a casi 200 artistas en la edición de 2020.
En ella constarían las horas de ensayos no retribuidas a decenas de coristas, muchos de ellos trabajadores autónomos, para funciones que fueron finalmente canceladas a causa de la pandemia, como es el caso de Boris Godunov. Además, el tenor Wolfgang Ablinger-Sperrhacke indicó que la retribución de estos artistas era inferior a la de otros compañeros y que carecían de seguridad social. En total, concluye Ablinger-Sperrhacke, el Festival debe a estos cantantes hasta 10 millones de euros por lo que el director artístico, Markus Hinterhäuser, debería presentar su dimisión.
El Festival negó desde un principio tal acusación y acaba de emitir un comunicado en el que detalla las condiciones de tales contratos.
En 2020, el Festival de Salzburgo conmemoraba su primer centenario, una programación que se anunciaba extensa, cercana y cuajada de novedades, como un acto de agradecimiento “a todos los artistas, personal y empleados que han nutrido cada edición hasta consolidarlo como uno de los acontecimientos musicales más destacados del mundo”, indicaban sus líderes Helga Rabl-Stadler, Markus Hinterhäuser y Lukas Crepaz.
Sin embargo, la pandemia forzó al equipo a reformular su propuesta y valorar la viabilidad de su celebración. De los muchos escenarios posibles, finalmente se confirmó la celebración del Festival en una versión reducida: de 200 conciertos en 44 días y 16 recintos diferentes se llevarían a cabo 90 actuaciones en 30 jornadas y 6 espacios.
Como señala el comunicado en respuesta a la demanda, “el Festival de Salzburgo fue el único festival en el mundo que pudo tener lugar en 2020, lo que implicó la contratación de cientos de artistas, la reubicación de parte de la programación en los dos años sucesivos y, por consiguiente, la modificación de múltiples contratos que se cerraron de mutuo acuerdo con solistas, coros y orquestas”.
“El Festival de Salzburgo tiene desde hace décadas un acuerdo con la Konzertvereinigung Wiener Staatsopernchor – la Asociación de Conciertos del Coro de la Ópera Estatal vienesa – según el cual es este organismo el que selecciona a los cantantes de acuerdo a sus criterios artísticos y asegura la correcta realización de los ensayos en Viena”, continúa el texto, “De esta manera, no es la organización del Festival la que determina qué coristas participarán en qué producciones”. En el caso de los títulos referidos en la denuncia, la dirección detalla que el Festival y la Konzertvereinigung acordaron un presupuesto para los ensayos, que tuvieron lugar en la primavera de 2020, que fue abonado inmediatamente. Además, “el acuerdo estipula una regulación que contempla la cobertura remunerada tanto de los coristas amparados por la Asociación como la de aquellos que pudieran ser necesario. Tanto los ensayos como las actuaciones celebradas en Salzburgo se remuneran como está estipulado y los contratos cuentan con beneficios sociales”, concluye.
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