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Por Publicado el: 21/01/2023Categorías: En vivo

Crítica: Los diferentes repartos de Tosca en el Liceu

TOSCA (G. PUCCINI)

TOSCA (G. PUCCINI)
Gran Teatre del Liceu de Barcelona. 20 Enero 2023
Reparto extra con S. Radvanovsky

Entre las numerosas funciones de Tosca programadas por el Liceu había únicamente dos en las que la protagonista era una figura como la americana Sondra Radvanovsky, siendo ésta la última de ellas. Su presencia ha merecido la pena, ya que ha ofrecido una Tosca triunfal, en la que el público ha vibrado como pocas veces.
Nuevamente, hemos tenido la producción de Rafael Villalobos y en esta ocasión se ha organizado bastante tumulto en la famosa escena hablada que incorpora a la representación al comienzo del segundo acto. En un momento los actores tuvieron que parar el diálogo, tal era el tumulto, no faltando también voces que aplaudían la citada escena.
Tosca-Sondra-Radvanovsky-Vittoio-GrigoloSondra Radvanovsky y Vittoio Grigolo. Acto I

La dirección musical volvió a estar encomendada, como hace un par de días, al italiano Giacomo Sagripanti, pero en esta ocasión su lectura ha sido mucho más convincente que entonces. En esto estoy convencido que ha tenido mucho que ver la presencia de Sondra Radvanovsky en escena. El resultado musical ha sido notablemente mejor. También la Orquesta del Liceu ha sonado mejor que los días pasados.
Como digo, Floria Tosca en esta ocasión era Sondra Radvanovsky y ella se ha llevado el gran triunfo y ha hecho triunfar la representación. Estamos ante una de las sopranos más importantes de los últimos años y, especialmente, en el repertorio verista y sobran los dedos de una mano para contar otras sopranos que puedan compararse con ella. Siempre recordaré cuando la escuché cantar por primera vez. Fue en Mayo de 2000 en el Metropolitan y en una parte tan poco propicia al brillo como es el personaje de Freia en El Oro del Rhin. Desde entonces han sido casi 30 las veces que he disfrutado de su canto en escena y espero que sigan. Su Tosca ha sido de las de una gran estrella en todos los sentidos, ofreciendo un Vissi D’Arte excepcional, arrancando una ovación de dos minutos de duración que la obligó a bisar el aria. Evidentemente, el triunfo no tiene discusión, pero además calentó el ambiente del teatro de manera que el triunfo llegó también para su Cavaradossi en el último acto.

Tosca-Sondra-RadvanovskySondra Radvanovsky

Marío Cavaradossi tenia que haber sido el tenor maltés Josep Calleja, pero canceló, siendo sustituido por el tenor italiano Vittoio Grigolo, que volvió a ofrecer su bella voz y emitida de una forma muy natural. Su actuación es digna de ser destacada y, como digo más arribas, también él hubo de bisar su aria E lucevan le stelle, aunque en mi opinión el bis fue al rebufo del de Sondra Radvanovsky, ya que no fue tan excepcional. Digamos que estuvo brillante y un tanto excesivo, como suele ser habitual en él, en un aria que es muy introvertida. Son dos bises, pero no son iguales. Según mis datos, Sondra aceptó el bis tras una ovación de 117 segundos, a la que siguió otra de 58 segundos. Grigolo accedió encantado al bis tras 50 segundos de ovación, a los que siguieron otros 34 segundos tras el bis.
Repitió actuación Zeljko Lucic como Scarpia, que ya lo había cantado el día anterior. Lo hizo bien nuevamente.
El resto de comprimarios eran los mismos de los días anteriores.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 47 minutos, incluyendo un intermedio, los bises y la controvertida escena que abre el segundo acto. Duración musical de 1 hora y 58 minutos. El público recibió en pie a Sondra Radvanovsky en los saludos finales. Seguramente, siguen todavía los aplausos.Tosca-Vittorio-GrigoloVittorio Grigolo

El Liceu había prácticamente agotado sus localidades. El precio de la localidad más cara era de 298 euros, habiendo butacas de platea desde 200 euros. La localidad más barata con visibilidad costaba 54 euros. José M. Irurzun
Fotos: T. Bofill

Primer Reparto

Como decía ayer [abajo], estas representaciones de Tosca en el Liceu han estado dominadas por las cancelaciones y correspondientes sustituciones, siendo el reparto de la que ahora nos ocupa el que sustituye al de la pareja Alagna/Kurzak.

Maria-Agresta-y-Michael-Fabiano.-Tosca.-Licueo-c-T.-Bofill

Maria Agresta y Michael Fabiano. Tosca. Licueo (c) T. Bofill

Nada tengo que añadir a lo dicho ayer sobre la producción escénica de Rafael Villalobos. El día anterior no hubo ningún abucheo durante la representación y hoy no ha habido sino un ligerísimo intento tras el diálogo con el que se inicia el segundo acto.

La dirección musical ha estado encomendada en esta ocasión al húngaro Henrik Nanasi, que era quien estuvo inicialmente anunciado como director musical de estas representaciones, pero que dejó su batuta en varias funciones a Giacomo Sagripanti por problemas físicos. Su dirección me ha resultado mejor que la del italiano el día anterior, más matizada, habiendo también contado con un reparto vocal más adecuado.Nuevamente ha estado en el foso la Orquesta Sinfónica del Liceu y nuevamente ha cantado en interno el Coro del Liceu.

La nueva Tosca era la soprano italiana Maria Agresta, que ha vuelto a dejarme las dudas de las últimas veces que la he visto. Han pasado 10 años desde que la vi debutar y triunfar en Múnich como Violeta, actuación a la que siguieron otras en distintos teatros, incluyendo el Liceu. Sin embargo, mi impresión ha cambiado en los últimos años, ya que ha decidido abordar un repertorio para el que su voz no me parece suficiente, ya que estamos ante una soprano lírica. No me convenció su Elisabetta en Don Carlo ni su Norma y lo mismo me ha ocurrido ahora con su Tosca. La voz tiene calidad indudable y es una buena cantante, pero no me parece su instrumento adecuado para este personaje para el que le falta más peso y amplitud. Me temo que este camino no sea el más adecuado.

Cavaradossi era el tenor americano Michael Fabiano, cuya actuación me ha parecido claramente mejor que lo esperado. He tenido ocasión de verle en bastantes ocasiones y nunca me ha entusiasmado, aunque su voz resulta muy atractiva y adecuada en el centro, pero no es lo mismo en la parte alta. En esta ocasión las cosas han funcionado bastante mejor y debo decir que Fabiano nos ha ofrecido una de las mejores actuaciones que le recuerdo, haciendo un Cavaradossi digno de ser destacado.

Scarpia era el barítono serbio Zeljko Lucic, que tuvo una buena actuación. No diré que fue un gran intérprete, pero cumplió bien. Para mi gusto, mejor que George Gagnidze el día anterior, aunque no pueda ser considerado como un gran Scarpia.

Repetían actuación todos los personajes secundarios y la impresión es la misma que la del día anterior.

La representación comenzó puntualmente y tuvo unan duración de 2 horas y 29 minutos, incluyendo un intermedio y la escena hablada que abre el segundo acto. Duración musical de 1 hora y 53 minutos. Seis minutos de aplausos. A escena abierta hubo ovaciones para Tosca y Cavaradossi tras sus arias de los actos II y III, respectivamente. El Liceu ofrecía una ocupación de algo más del 85 % de su aforo. José M. Irurzun

Tercer reparto

Rutina musical e insuficiencia vocal

Vuelve Tosca al escenario del Liceu de Barcelona, donde se representó por última vez en el año 2019. En esta ocasión las representaciones de Tosca han estado salpicadas de un cierto escándalo, centrado especialmente en la producción escénica, que ha hecho correr ríos de tinta, y también de las cancelaciones y correspondientes sustituciones, comenzando por las defecciones que protagonizaron hace ya algún tiempo Roberto Alagna y su mujer Aleksandra Kurzak por no aceptar la producción programada de Rafael Villalobos.

Escena-Acto-II-Tosca-Liceu-c-Bofill

Tengo que decir que no acostumbro a acudir a los teatros para ver las últimas representaciones de la serie que programan, pero lo hago en esta ocasión y también son las cancelaciones y sustituciones el motivo, ya que me resultaba atractivo únicamente poder ver de nuevo en escena como Tosca a Sondra Radvanovski, que solamente canta dos de las 14 funciones programadas.

El reparto vocal de la representación que nos ocupa podemos considerarlo como el tercero de los programados, aunque no sea así en orden cronológico, y la verdad es que su resultado artístico ha dejado bastante que desear.

Así pues, asistimos a la representación de la controvertida producción escénica de Rafael Villalobos, siendo una coproducción con con el Théâtre Royal de la Monnaie, el Teatro de la Maestranza y las Salas del Arenal y Opéra Orchestre National de Montpellier. Su estreno tuvo lugar en junio de 2021 en Bruselas, habiéndose visto posteriormente también en el Festival de Montpellier del año pasado. Curiosamente, en ninguna de las ocasiones la producción levantó el más mínimo escándalo, independientemente de que pudiera haber gustado más o menos.

No ha ocurrido así en su paso por el Liceu, donde parece que los ánimos estaban ya calientes a raíz de la cancelación del matrimonio Alagna por no aceptarla. En mi opinión y sin entrar en mayores detalles no me parece que esté justificado el escándalo que se ha montado con la producción.

Se trata de una producción que trae la acción a tiempos modernos y se caracteriza por establecer por parte del regista el paralelismo entre Cavaradossi y Pier Paolo Passoolini, el famoso cineasta italiano, que muriera asesinado en Roma por su pareja. Como dice el programa de sala (que no existe físicamente) esta producción de Tosca contiene referencias al film Salò o le 120 giornate di Sodoma de Pier Paolo Pasolini.

Rafael Villalobos dice con razón en una entrevista que una nueva producción de una ópera tiene que ofrecer alguna idea nueva para justificarla y no seré yo quien lo discuta. Cosa distinta es que el regista se quiera convertir en protagonista de la ópera con añadidos o cortes que no vienen a cuento. Lo digo porque no me parece aceptable que se ofrezca en la producción al inicio del segundo acto un diálogo hablado entre los actores que encarnan los personajes hablados de Pier Paolo Pasolini y su pareja sentimental y asesino. Si se considera que aporta algo, nada tengo en contra de que se haga fuera de la representación.

Por lo demás, la producción no es digna de escándalos, aunque haya algunos excesos innecesarios, como los figurantes desnudos durante gran parte del segundo acto de la ópera. La producción ofrece prácticamente una escenografía única y giratoria, a la que se añaden algunos elementos para seguir el libreto, como es la figura de la Madonna en el primer acto, la mesa de Scarpia en el segundo y una especie de rejas laterales en el tercero. La dirección de actores me ha parecido mejorable.

Hay algunas cosas que han llamado mi atención. Me refiero por un lado al hecho de que en el primer acto Cavaradossi y Pasolini andan en mangas de camisa, mientras que Scarpia aparece enfundado en un pesado abrigo. El Te Deum no ofrece en escena sino la figura del Obispo, que, al quitarse la tiara, resulta ser (así me lo pareció) Floria Tosca. La muerte de Cavaradossi no es por fusilamiento, sino con un tiro de pistola por su ejecutor, sorprendiendo la aparición al final del Sacristán que escupe al cadáver del pintor. Tosca no se arroja al vacío en este caso, sino que se va a un fondo iluminado.

La dirección musical estuvo programada teniendo por responsable al director húngaro Henrik Nanasi, quien parece que ha tenido problemas físicos y en parte de las representaciones ha sido sustituido por el italiano Giacomo Sagripanti, que es quien ha dirigido la función que nos ocupa. Su lectura me ha parecido bastante rutinaria, con exceso de sonido en más de una ocasión. Digamos que hubo eficacia y faltó emoción. Tampoco resultó brillante la prestación de la Orquesta del Liceu, claramente por debajo de lo que nos ofreció hace un par de meses en Il Trittico. Correcto el Coro, que en esta ocasión cantó en interno por exigencias de la producción.

La protagonista Tosca era en esta ocasión la soprano americana Emily Magee, cuyo estado vocal no está a la altura requerida para cantar este personaje y su actuación dejó bastante que desear. La voz ofrece signos de clara madurez en el centro, resultando estridente y hasta desafinada en el registro alto, donde hay además un claro vibrato, que resulta molesto. Una Tosca para olvidar.

Mario Cavaradossi fue interpretado por el tenor italiano Antonio Corianò, a quien no había tenido ocasión de ver hasta ahora. Su voz responde a la de un tenor lírico, con un timbre atractivo y homogéneo a lo largo de la tesitura. Su canto no es muy refinado y tiene el problema de que sus notas altas son invariablemente empujadas, resultando su interpretación vocal un tanto monótona.

Scarpia era el barítono georgiano George Gagnidze, que lo hizo bien, sin mayor brillo especial. La voz es amplia, aunque hay problemas de proyección y tampoco es de los Scarpias que quedan en el recuerdo de uno por mucho tiempo.

En los personajes secundario Felipe Bou fue un Angelotti un tanto modesto. Algo parecido se puede decir del Sacristán de Jonathan Lemalu, de voz un tanto reducida. Buena impresión la dejada por el tenor Moisés Marín como Spoletta. Correcto el Sciarrone de Manel Esteve. Cumplieron Milan Peresic como Carcelero y Hugo Bolívar como Pastor.

La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 28 minutos, incluyendo un intermedio y la referida escena hablada del inicio del segundo acto. Duración musical de 1 hora y 54 minutos. Cuatro minutos de aplausos, donde no hubo bravos, como ya ocurriera en el Vissi d’arte y en Lucevam le stelle.

El Liceu ofrecía un patio de butacas prácticamente lleno, mientras en los pisos superiores había una ocupación de alrededor del 90 % de su aforo. El precio de la localidad más más cara era de 278 euros, habiendo butacas de platea al precio de 192. La localidad más barata con visibilidad costaba 45 euros. José M. Irurzun

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