Crítica: Das Rheingold en la Semperoper de Dresde
Christian Thielemann vuelve a triunfar en Dresde
Das Rheingold (R. Wagner). Semperoper de Dresde. 5 Febrero 2023
Comienzan las representaciones del Anillo del Nibelungo en Dresde, en la que seguramente será la última vez que lo dirija Christian Thielemann, ya que, como decía yo ayer, no ha renovado su contrato con Dresde. Es la tercera vez que asisto en esta maravillosa ciudad y en su menos maravillosa Semperoper a las representaciones de la Tetralogía wagneriana, que siempre es una ocasión especial de disfrute.
Se nos ha vuelto a ofrecer la bien conocida producción escénica de Willy Decker, que también tuvimos ocasión de ver en el Teatro Real de Madrid tanto en el año 2002 como en 2019. Su estreno tuvo lugar en Dresde en el año 2001. La producción nos muestra en el escenario un patio de butacas, por donde andan los artistas (por cierto, con algunas dificultades), convirtiendo el fondo en un escenario, que es donde se desarrolla la trama. Es decir, estamos una vez más ante la puesta en escena del teatro dentro del teatro, lo que no es muy original. Digo lo de original, porque es evidente que el regista lo ha querido ser, ofreciéndonos a los protagonistas como actores, unos más fáciles de identificar que otros. Las Hijas del Rhin eran calvas, además de poco atractivas y no vimos ni dragón ni sapo en la escena de las transformaciones de Alberich. La citada escenografía se debe a Wolfgang Gussmann, mientras que el vestuario es un tanto atemporal y obra del propio Wolfgang Gussmann y Frauke Schernau. Al final, uno se da cuenta – como tantas otras veces – que en las producciones escénicas no hay que distinguir entre tradicionales y modernas, sino entre buenas y malas, y ésta no pertenece a las primeras.
Es evidente que el gran atractivo de estas representaciones era la presencia de Christian Thielemann en el podio y hemos podido disfrutar de una destacada interpretación del Prólogo de la Tetralogía. Musicalmente, las cosas han funcionado perfectamente, y al nivel que se podía esperar de antemano. Como siempre, impresionante musicalmente la entrada de los dioses en el Walhala. A sus órdenes estuvo la Staatskapelle Dresden, que no cabe duda que es una de las mejores orquestas del mundo y más a las órdenes de Christian Thielemann.
El reparto vocal no ofrecía grandes atractivos de antemano y las cancelaciones de última hora le han afectado y no precisamente para bien.
Como Wotan estuvo anunciado siempre el barítono John Lundgren, pero canceló a última hora, siendo dicha cancelación avisada por megafonía al inicio de la representación. Su sustituto era el barítono alemán Thomas Johannes Mayer. Su actuación se movió por caminos de corrección, pero la voz no es de las que podemos llamar importantes y resultó un Wotan por debajo de lo que se puede esperar por estos lares.
Alberich era el también barítono alemán Markus Marquardt, a quien había tenido ocasión de ver en Dresde en varias ocasiones, siendo en una de ellas un Wotan de no mucho relieve. Su actuación en Alberich se puede considerar como correcta, con voz adecuada, y sin excesivo brillo.
El tenor Daniel Behle tuvo una buena actuación en el personaje de Loge, rol que debutó el año pasado en Viena. Su interpretación fue convincente, contando con una voz adecuada para el personaje, siendo quizá los más interesante del reparto.
Correcta, como siempre, la mezzo soprano Christa Mayer, que una vez más encarnó a Fricka,
Los Gigantes fueron interpretados por George Zeppenfeld (Fasolt) y Karl Heinz Lehner (Fafner), sustituyendo este último al anunciado Stephen Milling. Lo hicieron bien, mejor Fasolt que Fafner.
Correcto el Mime del tenor Jürgen Sacher.
Erda fue la mezzo soprano Michal Doron, que cumplió bien, sin mucha brillantez, cantando desde un lateral del escenario.
Jennifer Davis lo hizo bien como Freia, con voz de cierto atractivo, que llegaba bien a la sala. Buena impresión la producida por el barítono Lawson Anderson como Donner. Correcto el Froh de Tansel Akzeybek.
Lo hicieron bien las Hijas del Rhin, interpretadas por Lea-Ann Dunbar (Woglinde), Stepanka Pucalkova (Wellgunde) y Anna Lapkovskaja (Flosshilde).
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 23 minutos. Diez minutos de intensos aplausos, aunque me parecieron menos intensos que en otras ocasiones. El triunfador popular fue claramente Christian Thielemann.
La Semperoper había agotado sus localidades hacía tiempo. José M. Irurzun
Esta producción no se vio en Madrid en 2019. Fue la de Carsen.