Un oratorio de calidad

El paraíso y la Peri, R. Schumann. Director musical: Perry So. Solistas:Johanna Winkel, Steve Davislim, Ana Ibarra, Thomas Laske, Sofía Esparza Auditorio El Baluarte de Pamplona. 11 de mayo 2023

Johanna Winkel, Steve Davislim, Ana Ibarra, Thomas Laske, Sofía Esparza, Sinfónica de Navarra, Perry So (c) I. Zaldúa

Resulta sorprendente que la Orquesta Sinfónica de Navarra haya programado este oratorio de Robert Schumann en su temporada de conciertos. Digo que sorprende, porque se trata de una obra exigente y que además escasamente se interpreta, no ya en nuestro país, sino en el mundo. Confieso que es la primera vez que tengo oportunidad de verla en vivo y en directo, aunque obviamente la conozco desde hace muchos años.

La obra está basada en un texto de Thomas Moore y fue finalizada por su autor en el año 1843, obteniendo un éxito en su estreno para haber caído casi en el olvido en los últimos 50 años, en lo que puede haber influido el uso indebido que hicieron de ella los nazis.

Su título (El Paraíso y la Peri) hace referencia a Peri, una criatura mitológica persa, que es expulsada del Paraíso y para ser readmitida necesita traer el regalo más querido por el cielo. La obra refiere los tres intentos de la protagonista para ser readmitida con sus regalos y sus problemas para conseguirlos. En la primera parte consigue la última gota de sangre de un luchador en India, mientras en la segunda recoge el último suspiro de un amante en Egipto, que muere por su amada. Finalmente, en el tercer intento tiene éxito al conseguir en Siria la última lágrima de un viejo pecador arrepentido.

La obra tiene calidad y exige una orquesta importante y 4 solistas, que acompañan a la protagonista en sus búsquedas, además de un coro, también bastante exigido, por cierto.

El concierto ofrecido en el Baluarte ha tenido calidad, siendo digna de destacar la labor en la dirección musical de Perry So, que ha llevado la obra con energía y buenas dosis de inspiración, sacando buen partido de su Orquesta Sinfónica de Navarra. Creo que ha sido un gran acierto haberle contratado como director titular de la orquesta, ya que todas sus actuaciones tienen calidad y supongo que mucho ha tenido que ver él con la programación de la obra que ahora nos ocupa.

También hay que destacar la participación del Orfeón Pamplonés, que tuvo una más que cumplida actuación.

Los solistas en esta obra son 5, incluyendo a la protagonista, la ninfa Peri. Los otros 4 podemos decir que son dos y dos, en función de su importancia en el desarrollo de la obra. Los más importantes son el tenor y la mezzo soprano. Los otros dos son un barítono y una soprano. Todos ellos hacen en gran medida de narradores de la acción, aunque en momentos interpretan determinados personajes episódicos. En concreto, el tenor en la primera parte hace la parte de Gazna, Príncipe indio, mientras la mezzo soprano es la intérprete del Ángel del Cielo. Finalmente, la otra soprano será la amante del moribundo egipcio en la segunda parte de la obra.

Peri fue interpretada por la soprano Johanna Winkel, que fue la única que cantó sus intervenciones sin partitura. Lo hizo bien, con una voz de soprano lirico ligera sin mayor atractivo, que resulta un tanto tirante en las notas más altas, que aquí son poco exigidas, salvo al final del oratorio.

El tenor era Steve Davislim, que me pareció el cantante más interesante de los 5, aunque la voz no sea extraordinaria. La partitura no es para grandes alardes, sino para expresar y el australiano lo hace francamente bien.

Lo hizo también de manera adecuada la mezzo soprano Ana Ibarra, a la que encontré vocalmente mejor de lo que recordaba anteriormente.

Correcto el barítono Thomas Laske, así como la soprano navarra Sofía Esparza en el pasaje de Egipto ya comentado.

El concierto comenzó con 5 minutos de retraso y tuvo una duración total de 1 hora y 34 minutos, sin intermedios, incluyendo dos breves paradas entre las distintas partes del oratorio. Cuatro minutos de aplausos

A la salida pude escuchar algunos comentarios de aficionados a los que se les había hecho un tanto larga la obra. No fue mi caso, ya que disfruté con su interpretación, pero creo que habría sido mejor hacer un intermedio entre las partes 2 y 3. El Baluarte ofrecía una ocupación de alrededor de 2/3 de su aforo, estando los mayores huecos, como de costumbre, en el piso superior. José M. Irurzun