Lise Davidson, voz ante todo, con sabor a poco
Lise Davidson, voz ante todo, con sabor a poco
Obras de Grieg, Berg, Schubert y Sibelius. Lise Davidsen, soprano y James Baillieu, piano. XXX Ciclo de Lied. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 9 de octubre de 2023.
Gran nombre, muy en candelero -en candelabro, escribió alguien una vez- para iniciar el XXX Ciclo de Lied del CNDM y el Teatro de la Zarzuela. Davidsen ya cantó en Madrid, en el Teatro Real, el año pasado, así como en el Liceo el papel de Giorgetta de “Il Tabarro” y ofreció un recital en el Palau de les Arts en 2020. Nacida en Noruega, recuerda en no poco a otras voces norteñas como Birgit Nilsson, tanto por el torrente vocal como por una cierta frialdad interpretativa, lo que no reduce el hecho de ser además una gran cantante. El programa no incluyó lamentablemente los “Wesendonk lieder” cuando ella es una excelente intérprete wagneriana, aclamada en Bayreuth desde su debut con la Elisabeth de “Tannhäuser” en 2019. El caudal vocal va acompañado de una buena afinación y una formidable proyección de los agudos. Resultó por ello un contrasentido que utilizara un micrófono para contar experiencias entre bloques, lo que perjudica la intimidad del lied. Pero, claro, con tanta voz la intimidad era casi imposible.
Nos sonaron a poco las cinco canciones de su compatriota Edvard Grieg Op.69, preludio de los “Siete lieder tempranos” de Alban Berg, de un aire postromántico muy lejano aún a “Wozzeck”, que abordó con fidelidad. Sin embargo, su categoría no nos llegó reamente hasta las seis canciones de Schubert que abrieron la segunda parte y que constituyeron lo mejor de la velada. Tras una discutible “An die Musik”, por fin nos transmitió intensidad expresiva, muy especialmente en “Gretchen am Spinrade” y “Erlkönig” con toda su carga dramática, en las que además pudo desplegar sin rubor su potencia vocal, para cerrar bloque de una forma totalmente contenida y muy admirablemente dicha “Litanei auf das Fest Aller Seelen”. Concluyó con cinco lieder de Sibelius, entre los que sobresalieron las vehementes “Var det dröm?” y “Svarta Rosor”, aunque sin alcanzar el nivel anterior. Estuvo acompañada solventemente por James Baillieu. Sorprendentemente sólo concedió dos propinas sin atractivo especial y más sorprendente fue que no las anunciase, cuando previamente no había dudado en usar el micro para contar batallas. En definitiva, una gran cantante que en esta ocasión no acabó de ofrecer todo aquello que podía haber ofrecido y prueba de ello fue que el público, que la aclamó en Schubert, empezó a abandonar la sala tras esa segunda propina. Espejémosla en ocasión con más chicha. Gonzalo Alonso
Sr. Alonso: No se trataba de su presentación en Madrid. Ofreció un recital en el Teatro Real, en enero de 2022. Entre otras obras, cantó los Wesendonck Lieder. Dicho esto, coincido bastante con su crítica. Un saludo