Critica: Navidad en el Teatro de la Zarzuela
LUMINOSO RECORRIDO MUSICAL
Navidad en el Teatro de la Zarzuela
Obras de Newton, Adam, Gershwin, Alonso, Arlen, Moreno Torroba, Sorozábal, Quirós, Padilla, Chueca, Valverde, Carmena, Torné, Lloyd Webber, Giménez, Nieto, Vives y Fernández Caballero. Ruth Iniesta, soprano. Coro del Teatro de la zarzuela, Orquesta de la Comunidad de Madrid. Director: Lucas Macía. Madrid, Teatro de la Zarzuela, 30 de diciembre de 2023.
Ameno, espumoso y animado concierto navideño –“A ambas partes del Atlántico”-, que ha tenido como protagonista principal a la soprano aragonesa Ruth Iniesta (1985), que se ha mostrado en excelente estado de forma, con la voz en su plenitud. Ha actuado muy segura, firme, variada de acentos, comunicativa y expansiva; puede que a veces en exceso. Ha conectado con el público, al que se ha dirigido muchas veces con gracejo y humor nada más salir.
Acometió un programa exigente y extenso, muy heterogéneo, compuesto de piezas del musical, canción popular, cuplé y romanzas de zarzuela y ópera. Todo encadenado, con escasas pausas para la intervención de Coro y Orquesta. Reveló desde el principio, en una pieza mixta en la que se solapaban fragmentos de distintos géneros, un aplomo imponente y una capacidad para cambiar de tercio con facilidad. Delineó un “Summertime” de “Porgy and Bess” de Gershwin con mucho encanto y el adecuado toque nostálgico, aunque aquí, y en otros números de ese corte quizá se echara de menos una mayor oscuridad tímbrica.
La voz es la de una lírico-ligera con cuerpo y buen volumen dotada de un timbre penetrante y rotundo y de un vibrato puede que en ocasiones excesivo, un tanto agresivo y muy intenso, sobre todo en el agudo y sobreagudo, que emite sin esfuerzo, hasta el Re bemol 5. La zona grave, como parece lógico, no posee le misma entidad y resulta algo apagada. Frasea con soltura y vocaliza perfectamente, con estilo y un claro dominio de la coloratura, como puso de manifiesto, por ejemplo, en la polonesa “Me llaman la primorosa” de “El barbero de Sevilla” de Giménez y Nieto o en la canción “Glitter and be gay” de “Candide” de Bernstein, donde hubo buena exhibición de notas “staccato”.
Pero también supo recogerse en otros momentos, así en la balada “Somewhere over the rainbow” de “El mago de Oz” de Arlen, cantada a media voz, un efecto empleado muchas veces; también en cuplés como “La violetera” de Padilla, que desgranó lenta, pausada y melosamente apoyada en el estupendo acompañamiento pianístico de Ramón Grau. En la línea de una Victoria de los Ángeles, por supuesto; no en la de una Sarita Montiel.
En todo momento la menuda soprano, que se ha mostrado más esbelta, puso en evidencia su facilidad emisora y su técnica para apianar, acrecer y regular la emisión, lo que, naturalmente, redundó en la adecuada coloración y flexibilidad de la dicción y de la expresión; con un entusiasmo fuera de duda. Que se contagió a un público entregado, que bramó de lo lindo y le dedicó cariñosos epítetos. La artista regaló el célebre vals “Es este burdeos” de “Chataeux Margaux” de Fernández Caballero. La sesión terminó con una canción coral navideña.
En ella y en todo el acto intervino el entusiasta Coro del Teatro, que fue entonándose poco a poco, bien adiestrado como siempre por la mano de Antonio Fauró. Y que entre otras cosas cantó el pasodoble “A lo lejos, al fin” de la zarzuela “El orgullo de quererte” (2022) del tenor, pianista y compositor Javier Carmena, con texto del miembro del Coro Felipe Nieto. Para que todo saliera a pedir de boca y que se redondeara un concierto que tuvo pocos puntos débiles, la Orquesta de la Comunidad puso su gran grano de arena, con su seguro concertino, Víctor Arriola, al frente.
La batuta de limpio trazado, de dibujo elegante, de Lucas Macías, que sin alharacas y gestos desmedidos controló bien cada acento, cada frase, cada giro expresivo, contribuyó a que la fiesta discurriera por los mejores derroteros. Es maestro discreto, musical y sabe regular y acompañar con tacto y donosura. Mantuvo el pulso en todo momento y brindó, por ejemplo, una muy bien planteada obertura, sin apresuramientos innecesarios, de la citada ópera “Candide”. Arturo Reverter
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