‘Rhapsody in Blue’ cumple cien años
Rhapsody in Blue, de George Gershwin, celebró el pasado lunes su primer centenario tras su estreno el 12 de febrero de 1924
El icónico comienzo de Rhapsody in Blue es uno de los más reconocibles de la música del siglo XX. Adoptando gestos y giros del popular jazz, que dominaba la escena musical estadounidense, Gershwin ideó su perfecta combinación con la música clásica, componiendo una pieza que marcaría el género sinfónico del país.
Nacida de un encargo de Paul Whiteman para un concierto titulado “Un experimento en música moderna”, la pieza original fue escrita para piano y conjunto de jazz y estrenada el 12 de febrero de 1924 en Nueva York, con el propio Gershwin al piano. La obra para piano y orquesta sinfónica –versión más interpretada hoy en día- fue orquestada por Ferde Grofé en 1946.
Compuesta en apenas tres semanas –Gershwin había olvidado por completo el encargo de Whiteman-, el compositor estadounidense describe la idea original para la partitura como una epifanía: “Fue en un tren cuando de repente oí -e incluso vi en el papel- la construcción completa de Rhapsody in Blue de principio a fin”.
En unos Estados Unidos vivos y festivos, cambiantes y abiertos -en sus famosos felices años veinte-, la pieza se alzó “como una especie de caleidoscopio musical de América, de nuestro vasto crisol de razas, de nuestro inigualable entusiasmo nacional, de nuestra locura metropolitana”, afirma Gershwin.
Tras el rotundo éxito del estreno, el joven Gershwin de 25 años buscaría la tutela de grandes compositores de su época, como Ravel, Stravinsky, e incluso Schönberg –que rechazó darle clases: “”Yo sólo te convertiría en un mal Schönberg, y tú ya eres un buen Gershwin”-.
La producción musical de Gershwin incluye otros éxitos como Un americano en París (1928) y la ópera Porgy and Bess (1935), ambas manteniendo en su lenguaje la influencia de las músicas y entornos populares estadounidenses.
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