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Por Publicado el: 21/02/2024Categorías: En vivo

Crítica: Variedad, precisión y vigor, Gianandrea Noseda en Ibermúsica

VARIEDAD, PRECISIÓN Y VIGOR

Obras de Simon, Korngold, Shostakovich, Berg, Beethoven y Schubert. Hilary Hahn, violin. Seong-Jin Cho, piano. National Symphony Orchestra. Director: Gianandrea Noseda. Ciclo de conciertos de Ibermúsica. Auditorio Nacional, 18 y 19 de febrero de 2024

Crítica: Variedad, precisión y vigor, Gianandrea Noseda en Ibermúsica

Gianandrea Noseda al frente de la National Symphony Orchestra © Scott Suchman

Conciertos amenos y variopintos, con dos excelentes solistas, la violinista Hillary Hahn y el pianista Seong-Jin Cho, ya conocidos, en particular la primera, de nuestras audiencias.

La primera nos ofreció el ligero y cinematográfico Concierto para violín de Korngold, basado en temas de tres de las películas que el músico alemán aprovechó en la obra, como resalta en sus notas Rafael Ortega. El arco fluido, colorista y preciso de la violinista dio buena cuenta, con un fraseo tan preciso como encantador, de la composición. Fue exultante la exposición del “Allegro assai vivace”.

El pianista coreano mostró de nuevo su técnica, su digitación precisa, su hermoso sonido, se fantasía y su soltura en una interpretación muy concentrada del Concierto nº 4 de Beethoven, con una cadencia monumental del primer movimiento. Su estilo, basado en el ataque exacto, en la pulsación justa, prescinde en buena medida del canto legato, lo que es una lástima.

Crítica: Variedad, precisión y vigor, Gianandrea Noseda en Ibermúsica

Hilary Hahn © Scott Suchman

Ambos ofrecieron sendos bises, una melódica pieza lírica de ignota procedencia y la Sarabanda de la Partita nº 2 de Bach la violinista, y un tiempo de una sonata de Haydn el pianista. Los acompañó con justeza y máxima atención y finura la buena orquesta que es la de Washington, equilibrada y afinada, vistosa y potente, aunque de relativo encanto tímbrico y un espectro de no especialmente cálido. Noseda es un maestro ágil y movedizo, que muestra, en constante gesto de compás abierto, un dinamismo incansable, una actividad intensísima en el podio. No deja de marcar, de mirar, de orientar, de construir sobre la marcha. Aunque detrás haya una labor de ensayos constante.

Nos gustó especialmente su versión de la Sinfonía nº 5 de Shostakovich, expuesta sobre líneas muy claras, con dinámicas bien reguladas y fraseos de rara intensidad. Supo crecer en el gran clímax y amainar en el poético final, con la celesta como protagonista. Un cierto toque acuarelístico benefició la exposición del “Allegretto”, rítmicamente bien marcado. Efectos casi evanescentes y delicados en el “Largo”, lento y meditativo, como se exige, y con un clímax verdaderamente ardiente, en uno de los pasajes más afortunados de la composición. Bombástico, como la propia música pide, el “Allegro non troppo” final, diseñado con rigor y precisión. Muy buena prestación del conjunto.

Crítica: Variedad, precisión y vigor, Gianandrea Noseda en Ibermúsica

Seong-Jin Cho © Scott Suchman

Nos convenció algo menos la versión de la Sinfonía n º 9, La Grande, de Schubert, a la que creemos le falto un más reconocible toque romántico, un fraseo de mayor vuelo, aunque no cabe duda de que el tan importante factor rítmico que alimenta a la composición desde dentro estuvo muy bien observado. Aplausos para la forma en la que fue construida la transición del “Andante” introductorio al “Allegro ma non troppo” siguiente. No todas las batutas aciertan a conseguirlo. Tempi rapiditos, a veces urgentes, nos llevaron en volandas.

El concierto del 19 comenzó con una versión discreta a lo más, algo falta de intensidad y transparencia de la Suite lírica de Berg. El del 18 se abrió con el Concierto para orquesta del compositor de Atlanta Carlos Simon, obra brillante, bien construida, repetitiva en ocasiones, que combina con fortuna un lenguaje muy propio y directo con espirituales afroamericanos y melodías litúrgicas católicas. De Simon fue también una breve pieza sinfónica ofrecida como bis, antes de una ágil lectura de la obertura de Las bodas de Fígaro de Mozart, el día 19. Mucho aroma a lo Copland. El 18 se nos regaló Nimrod de las Variaciones Enigma de Elgar en versión menos lograda que la que días atrás brindara Orozco-Estrada con Stuttgart.

Arturo Reverter

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