Crítica: Imágenes goyescas, en la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando
IMÁGENES GOYESCAS
Obras de Félix Máximo López, Mercedes Zavala, José Melchor Gomis, Mariano Rodríguez de Ledesma, Fernando Buide y Santiago Masarnau. Aurelio Viribay, piano. Cuarteto Vocal Europa. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid. 17 de abril de 2024
Con el título de Goya. El despertar de la conciencia viene exhibiéndose en esta venerable institución madrileña una interesantísima exposición que estudia los últimos años de vida artística del pintor de Fuendetodos. La muestra se salpica con actividades culturales de variado cuño; entre ellas, conferencias y conciertos alusivos. De ahí nace la sesión musical de la que damos cuenta en estas líneas y que responde al título Música goyesca: Dos miradas.
Esas dos miradas son las dirigidas a dar cuenta de la labor musical de compositores coetáneos del pintor, casi todos emigrados en virtud de circunstancias políticas y personales, y de la presencia de partituras de dos creadores de nuestros días, que glosan y evocan de alguna forma la figura del artista. Una propuesta la mar de interesante que ha tomado cuerpo en este animado concierto, abierto con una pieza pianística de López, Variaciones de Fandango español, bien esculpida por Viribay.
Dos cantatas para cuarteto vocal de Gomis, La primavera y L’inverno, se escucharon después tras el estreno de Zavala. Música bien conformada y delineada de espíritu muy rossiniano. La segunda en particular, una suerte de variaciones sobre un tema muy jugoso da pie a una animada serie de figuras vocales en las que tiene parte principal la voz del bajo. El talento combinatorio del músico resplandece y entretiene. Excelente interpretación del Cuarteto Vocal Europa formado por Vanessa García, soprano, Marta Knörr, mezzo, Diego Blázquez, tenor y José Antonio Carril, barítono, bien conjuntados y expresivos. Puede que en las dos líneas graves faltara algo de cuerpo.
Luego se lució Blázquez, tenor lírico ligero bien pertrechado, de timbre grato, en la colección de Seis canciones españolas de Rodríguez de Ledesma, muy variadas y distintas. La que podríamos denominar parte histórica del programa se cerraba con Trois airs caractéristiques de danses nationales espagnoles, op. 17 para piano solo, de las que dio buena cuenta, con su seguridad habitual en lo rítmico, Viribay. Música bien ritmada y salerosa.
Entremedias pudimos escuchar las dos piezas pianísticas de estreno, encargo de la Academia. Áun Aprendo de Mercedes Zavala está inspirada en el conocido grabado de Goya que representa a un anciano que parece moverse con dificultad. En relación con la imagen la compositora escribe: “Confronto dos mundos solo aparentemente dicotómicos (tanto armónica como rítmica, incluso estéticamente): uno titubeante pero dinámico y proyectado hacia adelante; otro contemplativo, más estático, que en realidad ayuda a avanzar al primer elemento hasta su final. Entre los dos, visiones entremezcladas y reminiscencias de un pasado donde pueda asentarse lo que crece y avanza, hasta su inevitable desaparición”.
Muy poéticas palabras que determinan unos pentagramas bien labrados poblados de estratégicas disonancias y que piden sin embargo habilidad para el cantabile. Escritura cambiante y tornasolada cuajada de saltos interválicos y de delicadas sugerencias dinámicas. El cierre, en sobreagudo, es especialmente delicado, como buscando una suerte de consuelo a la senil figura. Muy diferente es la página de Buide, titulada Disparate alegre, que circula limpiamente sobre ritmos agrestes y singulares figuras danzables de agitada y virtuosa escritura. Curso rápido, quebrado e insistente, con imágenes repetidas y angulosas. Por momentos creímos estar en una especie de réplica de momentos de El amor brujo de Falla.
Hubo muchos aplausos generalizados para los dos compositores de hoy y para los intérpretes, con Viribay a la cabeza. Antes del concierto, el académico José Ramón Encinar nos puso en antecedentes y nos ilustró acerca de lo que íbamos a escuchar.
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