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Por Publicado el: 22/07/2024Categorías: Artículos de Gonzalo Alonso

La historia del Festival de Bayreuth

La historia del Festival de Bayreuth

El 13 de agosto de 1876 abrió sus puertas el primer Festival de Bayreuth. Lo hizo con la “Tetralogía”, aunque sus dos primeras jornadas se habían ofrecido ya en Munich. La gran ambición de Richard Wagner se había cumplido: lograba tener su propio teatro para estrenas sus óperas.

La historia del Festival de Bayreuth

Había dejado la capital bávara por algunas desavenencias con su gran protector, Ludwig II, y encontrado una ciudad que le venía bien, entre otras razones porque había vendido los derechos de sus partituras en muchos lander para resolver problemas financieros y necesitaba sitios en donde poderlas representar cobrando. Bayreuth era un lugar adecuado, aunque la Ópera del Margrave no reunía las condiciones para sus ambiciones.

Puso en marcha una gran operación de captación de fondos a través de amigos, sociedades wagnerianas y el propio Bismarck, quien acabó por no apoyarle. Tuvo que volver al redil de Ludwig II para lograr su sueño. Allí estrenaría “Parsifal” (1882) asumiendo él mismo la dirección escénica y tomando la batuta al final del último acto en la última de las dieciséis funciones.

Desde aquella fecha inicial de 1882 siempre ha estado el apellido Wagner ligado al festival. Tras la muerte de Wagner en 1883, fue su viuda, Cosima, la encargada de dirigirlo, debiendo hacer frente a problemas financieros. Ella misma asumió muchas de las direcciones escénicas. Al enfermar, en 1909, cedió el mando a su hijo Siegfried, que “modernizó” la escena, transformando los telones pintados en algo más corpóreo. La Primera Guerra Mundial supuso la suspensión durante diez años. A partir de 1924 se abrió a los directores musicales, escénicos y cantantes extranjeros. Entre ellos Toscanini.

Un infarto en 1930 hizo que la dirección pasase a su viuda Winifred, quien centró en las tareas administrativas y se alejó de las escénicas. En su periodo aterrizó Furtwängler para rivalizar con Toscanini. También es el controvertido periodo de la amistad con Hitler, quien fue padrino de sus hijos Wieland y Wolfgang. Para conmemorar los 50 años de la muerte de Wagner se tocó como excepción la “Novena” beethoveniana. En agosto de 1944 se cerró el teatro, la casa familiar (Wahnfried) acabó en ruinas la familia huyó tras la ocupación por los americanos.

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Richard Wagner

En 1951, tras la cesión por parte de Winifred de los derechos wagnerianos a sus hijos y tras un proceso de desnazificación, el teatro volvió a abrir sus puertas nuevamente bajo el mando de la familia: Wieland se ocupaba de lo artístico y Wolfgang de la administrativo. Furtwängler, Knappertsbusch, Clemens Krauss, Keilberth, Karajan y Wilhelm Pitz, entre otros,  se convirtieron en referencias.

“¿Por qué Herbert von Karajan dejó de dirigir en Bayreuth en la década de los 50?”, se preguntó el antiguo secretario general del Festival de Salzburgo, Franz Willnauer. A pesar del éxito cosechado por Karajan con su versión de ‘Los Maestros cantores’ y ‘Tristán e Isolda’ en el Festival de Bayreuth, el maestro decidió ausentarse del foso de Bayreuth para siempre desde 1952. Este gesto fue imperdonable para el entonces director del Festival de Bayreuth, Wieland Wagner, quien reprochó al director que sus ensayos estaban contaminados por el aburrimiento y el deterioro de su sonido. ¿Acaso Karajan era menos hábil para dirigir el repertorio wagneriano o simplemente quería causar esa impresión?

En 1967, Karajan dirigió con un éxito abrumador un Anillo de los Nibelungos en el Festival de Pascua de Salzburgo, probando la equivocación de Wieland Wagner – o su provocación hacia él -. Así, con esta actuación, Karajan introducía astutamente el repertorio de Wagner en Salzburgo evitando las coincidencias con Bayreuth: dirigiría Wagner solo en Pascua, dando origen así al Festival de Pascua del Festival de Salzburgo.

Wieland sufrió abucheos al empezar una revolución que cambió los conceptos escénicos en todo el mundo al vaciar escenarios e introducir la primacía de las luces, apoyado por una gran generación de maestros y cantantes. Grace Bumbry (1961) fue la primera cantante de color y Victoria de los Angeles la primera artista española en Bayreuth. Una época gloriosa, que se truncó tras el imprevisto fallecimiento de Wieland por un cáncer. Wolfgang le sucedió en todo, pero no pudo igualarle en lo artístico.

La Fundación Richard Wagner asumió en 1973 el festival y sus propiedades y la familia tuvo que admitir en ella a miembros nombrados por el Estado. Tras otra época gloriosa con nombres como Chéreau, Ponnelle, Peter Hall, Götz Friedrich, Harry Kupfer, Werner Herzog, August Everding, Horst Stein, Colin Davis, Georg Solti, Daniel Barenboim, James Levine o Carlos Kleiber.

Wieland-Wagner

Wieland Wagner

Tuve oportunidad de cenar con Wolfgang Wagner y su segunda mujer, Gudrun,  en el propio teatro a finales de la década de los 2000. Él estaba en plena decadencia y Gudrun llevó la voz cantante durante toda la cena, como lo hacía en el teatro. La situación se volvió insostenible. Gudrun murió en 2007,  Wolfgang se retiró en 2008 y el ministro de cultura alemán entregó la dirección del festival a sus hijas Eva Wagner-Pasquier y Katharina Wagner.

Esta última nombró a a Thielemann como director musical, cargo hasta entonces inexistente, llegando las controversias con otros directores. Andris Nelsons abandonó el festival en un arrebato en 2016 sin que nunca explicara las razones, aunque el comentario general fue su mala relación con Thielemann. En estos años se vivieron otras espantadas como las de Roberto Alagna o Angela Denoke.

2013 fue el año del aniversario, y el Festspielhaus estuvo cubierto con andamios. Para celebrar el centenario, Frank Castorf fue escogido para producir el ciclo del ‘Anillo’. Si bien el público aplaudió fuertemente al director Kirill Petrenko, la producción fue abucheada. Fue lo que vieron y no la calidad musical lo que causó su disgusto. A pesar de la tendencia más tradicional o innovadora del público, la producción del ciclo fue tan incoherente que sorprendió al auditorio.

Eva se retiró en 2015 y Katharina se quedó con todo, ayudada por personal administrativo y con la obsesión por emular a sus antepasados con sus propias producciones escénicas, aunque sin conseguirlo y entrando el festival en una clara decadencia. En 2020, coincidiendo con la pandemia, una seria enfermedad obligó a Katharina a retirarse, aunque volvió un año después. Bayreuth ha ido perdiendo “caché” desde que Katharina Wagner sucedió a su padre Wolfgang. Ni sus regias ni sus decisiones han supuesto algo positivo para el festival wagneriano. ¿Acaso en otros tiempos habría podido Plácido Domingo dirigir la “Walkiria”?

PARSIFA- BAYREUTH-2016

Parsifal 2016

En 2019 pareció que iba a producirse la toma del festival por los rusos. Valeri Gergiev y Semión Bichkov, junto a la soprano Anna Netrebko, componían parte de lo más destacado de la edición, pero se veía venir: el descontento contra Gergiev estaba muy extendido por Bayreuth tras su deficiente dirección de “Tannhäuser”, los músicos de la orquesta, los artistas, la administración, los críticos… y hasta el propio Thielemann. El director ruso había pasado de ensayar por la acumulación de actuaciones en Bayreuth y Salzburgo y los resultados fueron bastante penosos a juicio de casi todos.

Según fuentes próximas al festival, Thielemann habría llamado personalmente a Gergiev para transmitirle que la noche anterior a su próximo “Tannhäuser” dormía en Bayreuth o dirigiría él.  Que no era cuestión de estar un día en Bayreuth y otro en Salzburgo. Thielemann estuvo en el foso místico al frente de la ópera el primer día. La organización lo justificó oficialmente como que Gergiev se ha tenido que marchar a Rusia por el sepelio de su madre y que volvería. Ambos factores coincidieron y Thielemann no tuvo más remedio que admitir su vuelta para una función posterior. De la anunciada Netrebko nunca más se supo.

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Katharina Wagner

En 2020 sí se supo que el Festival perdió 15 millones de euros, un 65% de su presupuesto y el Covid obligó a suspender. En 2021 la ministra de Cultura trasladó su inquietud por la competencia del equipo de dirección y las medidas que se planteaban para adaptar el festival a las exigencias del público, a lo que la bisnieta de Wagner respondió: “Me complace saber que en este momento, la ministra Monika Grütters, a pesar de las dificultades que estamos atravesando, invite a renovar las estructuras que yo he cuestionado hace tiempo para permitir que el Festival, sus empleados y su dirección sigan trabajando de forma eficaz y al más alto nivel artístico”.

Lo cierto es que bien podría suceder que el Festival de Bayreuth acabase sin la influencia de la familia Wagner, al menos a nivel de gestión, aunque aún quedan nombres en el tintero y Katharina Wagner ha renovado en su cargo hasta el año 2030. La bisnieta del compositor se ha mantenido en este puesto desde 2008, cuando llegó a este junto a su hermana Eva Wagner-Pasquier, la cual dejó la dirección al cumplir los setenta años. Desde 2015, Katharina dirige en solitario el festival.

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Angela Merkel en Bayreut

¿Continúa siendo Bayreuth cita obligada para los wagnerianos?

Sí, pero ya es más una cuestión de mito del pasado que presente. Todo amante de la ópera wagneriana desea acudir al menos una vez en su vida a la “colina sagrada” y todo gran cantante de ese repertorio añadir a su curriculum la emblemática referencia. Sin embargo una vez añadida ésta, ya no tienen mayor interés en volver a Bayreuth. Dos son las razones principales: los reducidos cachés y unos prolongadísimos periodos de ensayos sin justificación artística alguna. El último en comulgar del Santo Grial ha sido Jonas Kaufmann, que estrenó en 2010 “Lohengrin” y ya ni ha vuelto ni se le espera.

¿Puede hablarse de decadencia del festival y, de ser así, tendría algo que ver en ella la nueva dirección?

Bayreuth se encuentra en decadencia, pero tampoco más que el resto de los festivales, con Munich como excepción que confirma la regla. La nueva dirección no se ha mostrado hasta la fecha especialmente dotada para frenar el proceso iniciado en los últimos años de Wofgang Wagner y es que el apellido no es sinónimo de valía. Katharina ha cosechado grandes protestas en sus incursiones escénicas y encargos como “Tannhauser” a Sebastian Baumgarten se saldaron con un abucheo generalizado.

¿Qué futuro le espera al festival?

A los gobiernos bávaro y federal les interesa mantener su reputación, pero no están dispuestos a gastar sin claras compensaciones artísticas. Es dudoso que éstas se logren con ideas tan peregrinas y opuestas como introducir “El oro del Rhin” como flashback dentro de “La Walkiria” o diseñar un “Anillo” reducido a siete horas, tal y como el que Katharina llevó al Colón de Buenos Aires como experiencia previa a nuevos caminos en su casa. El futuro pasará posiblemente por una dirección no familiar en media docena de años. Gonzalo Alonso

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Un comentario

  1. Jorge 22/07/2024 a las 11:03 - Responder

    Muy acertado análisis de Gonzalo Alonso sobre el Festival de Bayreuth.
    Vivir para ver unos Maestros Cantores convertido en concurso de pintura

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