La Escuela Superior Reina Sofía de Madrid da comienzo al curso 2024/25 con un evento especial protagonizado por una de sus formaciones más destacadas en el Auditorio Nacional. El concierto, que se celebrará el próximo 3 de octubre a las 19.30h, ofrecerá un programa con obras de Beethoven, Berg y Tchaikovsky, interpretado por la Orquesta Freixenet de la Escuela bajo la dirección del maestro Nicolás Pasquet y el violinista Donghyun Kim como solista.

La Orquesta Freixenet de la Escuela Reina Sofía, en el Auditorio Nacional

La Orquesta Freixenet de la Escuela Superior Reina Sofía regresa al Auditorio Nacional después de llenar la Sala Sinfónica el pasado mes de junio con la conmemoración del día de la música. Dirigida por el maestro Nicolás Pasquet, profesor de la Cátedra de Dirección de Orquesta “Zubin Mehta” de la Escuela, celebra la Inauguración del curso académico 2024/25 con un concierto el jueves 3 de octubre a las 19.30 horas en la Sala Sinfónica, donde los jóvenes talentos de la Escuela Reina Sofía, junto con el violinista Donghyun Kim como solista, darán vida a tres obras exquisitas del repertorio orquestal.

El programa incluye obras representativas que cubren periodos clave de la música clásica: desde el heroísmo clásico de Beethoven hasta la última obra del expresionista Alban Berg, pasando por la emoción romántica de Tchaikovsky.

La Obertura de Egmont op. 84 de Beethoven construye una narrativa que evoluciona del sufrimiento y el cautiverio, representados en los acordes ominosos iniciales, escritos para la cuerda, hasta la celebración de la libertad en la coda, un tumultuoso fragmento de fanfarrias del viento-metal y acelerados giros.

El Concierto para violín y orquesta “A la memoria de un ángel” de Berg (con el violín a solo de Donghyun Kim, alumno de la Cátedra de Violín Telefónica con el profesor Christoph Poppen), es una obra vinculada a la trágica muerte de la hija de Alma Mahler y Walter Gropius, Manon, debido a la poliomielitis. Berg, miembro de la Segunda Escuela de Viena, quiso a Manon como a una hija, y el impacto de su muerte lo impulsó a componer el concierto, encargado previamente por el violinista americano Louis Krasner.

Para finalizar, la Sinfonía nº 4, en fa menor, op. 36 de Tchaikovsky, quien tras su matrimonio en 1877 con Antonina Miliukova, y una pronta separación, llevó al autor hasta pensamientos negativos y de aquellas experiencias nace la Cuarta sinfonía financiada por la mecenas Nadezka von Meck, a quien la obra está dedicada. A ella escribe el compositor indicándole las claves expresivas de la misma: “La introducción constituye el germen de la sinfonía, la idea de la que depende todo lo demás -el Destino, inalcanzable, ineludible”.