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Por Publicado el: 05/10/2024Categorías: En vivo

Critica: “L’Orontea” en La Scala, el barroco cabe en una galería de arte contemporánea.

L’Orontea: el barroco cabe en una galería de arte contemporánea

L’Orontea, con música de Antonio Cesti y libreto de Giacinto Andrea Cicognine y Giovanni Filippo Apolloni. 

Reparto: Stéphanie d’Oustrac como Orontea, Carlo Vistoli como Alidoro, Mirco Palazzi como Creonte, Francesca Pia Vitale como Silandra, Luca Tittoto como Gelone. Otros: Hugh Cutting, Sara Blanch, Marcela Rahal, Maria Nazarova. Orchestra del Teatro alla Scala (con instrumentos históricos). Giovanni Antonini, director musical. Robert Carsen, director de escena e iluminación (iluminación junto a Peter van Praet). Gideon Davey, escenografía y vestuario. Teatro alla Scala, Milán, 2 de octubre 2024.

L'Oronteael barroco cabe en una galería de arte contempo ráneaL’Orontea, con música de Antonio Cesti y libreto de Giacinto Andrea Cicognine y Giovanni Filippo Apolloni.  Reparto: Stéphanie d’Oustrac como Orontea, Carlo Vistoli como Alidoro, Mirco Palazzi como Creonte, Francesca Pia Vitale como Silandra, Luca Tittoto como Gelone. Otros: Hugh Cutting, Sara Blanch, Marcela Rahal, Maria Nazarova. Orchestra del Teatro alla Scala (con instrumentos históricos). Giovanni Antonini, director musical. Robert Carsen, director de escena e iluminación (iluminación junto a Peter van Praet). Gideon Davey, escenografía y vestuario. Teatro alla Scala, Milán, 2 de octubre 2024.

Escena de “L’Orontea”

Orontea fue una ópera muy popular en su época. No es esta la primera versión de la obra musical ni de su libreto. En ambos casos fueron trabajados y revisados por diversos autores. Esto era normal en aquella época, los derechos de autor aún no se conocían y así ocurría con otras artes (Shakespeare lo hizo con muchas de sus piezas, o recordemos el mito de Don Juan). Esta que aquí vemos fue estrenada en 1656. La obra se distingue por su enfoque en personajes humanos y sus emociones, en lugar de mitologías o deidades. Eso sí, para adaptarse al gusto de su público, tampoco son campesinos, se trata de la reina de Egipto y su corte. El libreto de G. A. Cicognini es acertado, y aunque hoy sería muy artificial y previsible, era lo que en su momento se podía esperar, y en realidad recuerda a muchas obras teatrales de nuestro siglo de oro. Se combinan pasajes dramáticos con situaciones cómicas, en una trama a veces difícil de seguir por la multitud de personajes y acabando en un final feliz típico, en el que cada uno se sitúa en su posición social.

Pese al esfuerzo de muchos teatros de rescatar óperas barrocas, esta se representa muy poco, menos de 10 veces en los últimos 10 años.

Esta producción de L’Orontea en La Scala de Milán es bastante acertada. Está dirigida por el prolífico canadiense Robert Carsen, quien ha querido revitalizar esta obra barroca con una puesta en escena contemporánea que sitúa la acción en una moderna galería de arte. Este enfoque actualiza el contexto, no estorba en el desarrollo de la trama e incluso resalta las emociones humanas y las complejidades del amor que son centrales en la obra. La escenografía, diseñada por el británico Gideon Davey, presenta un elegante y minimalista espacio, dividido en varios ambientes sobre una plataforma giratoria que van cambiando según necesidades y que refleja el ambiente artístico y burgués de la actualidad (una galería de arte, un cómodo apartamento con vistas a una moderna Milán…), permitiendo que los personajes y sus interacciones sean los verdaderos protagonistas.

Las interpretaciones estuvieron en una media de notable alto. No fueron exageradas, ni los cantantes se perdieron en la representación de cada papel.

La mezzo Stéphanie d’Oustrac, es Orontea una figura que aparece fuerte en sus convicciones pero que se derrumba de amor al conocer a Alidoro. Una voz bellísima muy adecuada para la música barroca. 

Carlo Vistoli es un magnífico y aclamado contratenor, una voz que tanto abundaba en el barroco (en esta ópera no es el único contratenor) y que fue perdiéndose con el clasicismo para casi desaparecer a partir del romanticismo. Aquí da vida a Alidoro, un joven pintor (adecuado a la moderna escenografía) cuya belleza y talento atraen tanto a Orontea como a Silandra y él andará dando bandazos de una a otra. 

Silandra, el tercer lado del triángulo amoroso es interpretado por la soprano Francesca Pia Vitale, profunda voz que podremos ver próximamente en Madrid y Barcelona, con la ópera ‘Merope’, en versión concierto con Francesco Corti en la dirección musical.

La profunda voz del bajo Mirco Palazzi hablará por Creonte, un filósofo ultraconservador, consejero de la reina, que quiere el matrimonio de Orontea pero no con un vulgar ciudadano. Por suerte Alidoro será descubierto como hijo de un rey.

Luca Tittoto encarna a Gelone, el sirviente borracho y alivio cómico de la ópera. Su presencia añade un toque humorístico a la narrativa, aunque con los cambios de conciencia hoy en día nos parece un alcohólico que necesita ayuda para desintoxicarse.

Musicalmente es correcta, y aunque el libreto mantiene la trama, hacia la mitad ya se siente muy lineal y dada la duración (2h 45m) al final acaba siendo algo aburrida, muchos espectadores no aguardaron al último acto. La parte positiva es que, pese a la antigüedad de la obra, no se abusa de parte hablada (los difíciles recitativos) y las arias, algunas de ellas realmente bellas, como Intorno all’idol mio, hacen avanzar la acción sin tener que escuchar varias veces los mismos versos.

La dirección musical, a cargo del milanés Giovanni Antonini nos ha parecido muy acertada (no en vano es un especialista en el barroco, siendo el responsable de Il Giardino Armónico), pasando sin estridencias de los recitativos a las partes cantadas y viceversa, siempre con mucha fluidez. La orquesta tocaba con instrumentos históricos y no sobresalía sobre las voces. Quizá nos ha parecido algo corta en número de intérpretes, pero en todo caso recibió una merecida ovación. Javier Lillo

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