Tal día como hoy, en 1924, moría en Bruselas uno de los compositores italianos más destacados de la Historia de la Música: Giacomo Puccini. Dejaba, así, un legado de grandes títulos operísticos, así como una obra inconclusa, Turandot, la cual se envolvió en un halo de misterio tras su fallecimiento. En la actualidad, sus óperas son interpretadas de forma constante en los teatros y salas más importantes del mundo.

El compositor Giacomo Puccini

El 29 de noviembre de 1924 moría en Bruselas, víctima de un cáncer de laringe, uno de los compositores italianos más importantes de la Historia: Giacomo Puccini. Su fallecimiento ponía punto y final a una extensa trayectoria, a lo largo de la cual desarrolló un lenguaje cuasi cinematográfico, dando lugar a óperas que han llamado la atención por su expresividad y su lirismo. Sus títulos, entre los que destacan Madama Butterfly, Tosca, La Bohème o Manon Lescaut, son considerados como paradigma de la ópera italiana de finales del siglo XIX y principios del XX, dejando de lado, a su vez, el verismo que imperaba en Italia.

A su muerte, además de dejar una herencia musical extraordinaria, dejó inconclusa una ópera, la cual marcó su trabajo en la última etapa de su vida. Turandot fue finalizada tiempo después por Franco Alfano, si bien su condición de obra póstuma ha envuelto este título en un halo de misticismo, dando lugar, incluso, a interpretaciones sin el final del mencionado autor, e incluso nuevas escenas añadidas.

Además de su obra, el compositor dejó un legado escénico con la creación del Festival Puccini de Torre del Lago, lugar en el que cada verano se representan sus títulos en un escenario construido junto al lago de Massaciuccoli, cerca del lugar en el que el músico tenía su residencia. Este evento anual es considerado un lugar de peregrinaje para los admiradores del repertorio lírico, así como para los amantes de las óperas del compositor de Lucca.

Mañana, día del centenario, artículos de Gonzalo Alonso, Pedro González Mira y Arturo Reverter