Crítica: Cuando la vida se impone sobre la música. Concierto por los afectados de la DANA en Les Arts
Cuando la vida se impone sobre la música
SOM SOLIDARITAT. Concierto sinfónico por los afectados de la riada. SCHOLA CANTORUM D’ALGEMESÍ. Júlia Oltra Mulet (directora). ORQUESTRA DE LA COMUNITAT VALENCIANA. Pablo Heras Casado (director). Programa: Obras de Mendelssohn-Bartholdy (Auf dem See, opus 41, número 6), Popular (Quatre vaixells), y Beethoven (Obertura Egmont, opus 84. Tercera sinfonía, opus. 55, “Eroica”), Lugar: Palau de les Arts (Auditori). Entrada: Alrededor de 1.490 personas (lleno). Fecha: martes, 12 diciembre 2024.
Concierto generoso, solidario y fundamentalmente hermoso. El Palau de Les Arts y su Orquestra de la Comunitat Valenciana no han querido quedar ajenos a la ola de solidaridad con las víctimas de las malditas inundaciones del 29 de octubre. Para ello, han promovido un concierto integrado por dos obras beethovenianas tan idóneas para la ocasión como la obertura Egmont -el héroe de Flandes que lucho hasta la muerte por liberar a su tierra de la represión- y la Tercera sinfonía, “Eroica”, cuya marcha fúnebre alcanzó particular significado, atizando la emoción y poniendo un nudo en las garantas de las cerca de 1.500 personas que colmaron el aforo del Auditori del Palau de Les Arts.
En el podio, aliado con la generosa corriente de solidaridad, el maestro granadino Pablo Heras-Casado cristalizó esta corriente de humanidad con un Beethoven categórico, rotundo, de tiempos vivos y concisos, lejano al que tiene en sus venas la OCV, forjado por las manos de Mehta y Maazel. Un Beethoven que el martes simbolizaba fidedignamente la desolación, emociones encontradas y reacciones ante la catástrofe.
Desde el dolor lacerado de la “Marcha fúnebre”, dicha lenta y regodeada, con la esperanzada sección central, en modo mayor, en la que brilló el oboe de Christopher Bouwman, al Cabreo con mayúscula y esperanzas que apuntan los dos últimos movimientos y habita en los miles y miles de damnificados. Versión que, de modo involuntario, reflejaba en su conjunto el dolor, la desolación y tantas vivencias fracturadas.
Luego, como colofón y final de esperanza, llegó el Himno de la Comunitat -posiblemente el más bello de los himnos-, dirigido con énfasis y visible ardor por Heras Casado. Lo tocó con emotividad y su acostumbrada excelencia la OCV. Y lo cantamos -o tatareamos- todos, incluidos los miembros de la Schola Cantorum d’Algemesí, conjunto de finas voces dirigido por Júlia Oltra y víctimas ellas mismos de la furia del agua. Antes, como preámbulo de este Beethoven cargado de sentidos, interpretaron a capela una canción de Mendelssohn-Bartholdy (Auf dem See) y otra de origen popular (Quatre vaixells). Un bello concierto solidario en el que sentimientos, voluntades y la vida misma se impusieron sobre la propia música.
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