La pianista italiana Maria Tipo llegó a ser conocida en Norteamérica como la “Horowitz napolitana”, mientras Edith Mathis fue una de las últimas sopranos ligeras de la gran era dorada del disco, con partidarios tan relevantes como el director Karl Böhm, que adoraba la transparencia de su instrumento luminoso.

La pianista Maria Tipo

En las últimas horas se ha conocido el fallecimiento de dos importantes figuras femeninas de la interpretación musical. La pianista italiana Maria Tipo fue una de las pianistas de su país más relevantes del último siglo.

Nació en Nápoles, el 23 de diciembre de 1931, y recibió las primeras lecciones de su madre, Ersilia Cavallo, alumna del gran Ferruccio Busoni. Más adelante habría de perfeccionarse bajo la guía del también compositor Alfredo Casella y Guido Agosti.

A los diecisiete años ganó el concurso internacional de Ginebra, lo que supuso el inicio de su brillante carrera internacional. En 1955, debutó en Estados Unidos, en el Town Hall de Nueva York​, y durante los siguientes próximos tres años tocó más de trescientos conciertos en giras por ese país.

Los norteamericanos, tan dados a las fórmulas publicitarias, la denominaron rápidamente la “Horowitz napolitana” por su infalible virtuosismo. Sus grabaciones de Scarlatti, Bach y Clementi aún hoy constituyen una referencia para los pianistas y aficionados.

La soprano Edith Mathis

Martha Argerich la admiraba, y por eso compartió aula con ella en sus clases magistrales en el Festival de Gubbio y en Fiesole. Tipo también impartió su magisterio en los conservatorios de Ginebra, Bolzano y Florencia. Además de Andrea Lucchesini, entre sus discípulos se encuentra el argentino Nelson Goerner, últimamente muy presente en las programaciones españolas.

Casi al mismo tiempo ha hecho mutis la soprano suiza Edith Mathis, nacida en Lucerna el 11 de febrero de 1938. Tras estudiar en esa misma ciudad su debut se produjo allí mismo, en 1956, con “La faluta mágica” de Mozart, una constante en su carrera.

Mathis fue una muy aclamada intérprete de las heroínas mozartianas, aunque también se prodigó en otras óperas de autores alemanes como Beethoven, Strauss y Weber. Intervino en los estrenos de las óperas “Der Zerrisenne” de Von Einem, “Der Junge lord” de henze y “Le roi Berénger” de Sutermeister.

Su transparente, cristalina voz de soprano ligera fue muy apreciada en la sala de conciertos, como asidua intérprete de repertorio sinfónico, oratorio y lieder. En una de sus últimas actuaciones en España aún dejó miuy buen recuerdo en una “Cuarta” de Mahler con la Sinfónica de Galicia, una de sus especialidades

Desde 1991 impartía clases de interpretación vocal en la Universidad de Música y Arte Dramático de Viena, precisamente con especialidad en oratorio y lieder.

Estaba en posesión de relevantes galardones, como el Gran Prix du Disque, y reconocimientos: Cantante de Cámara de la Bayerische Staatsoper muniquesa, Medalla de Oro del Mozarteum de Salzburgo.

Su discografía es amplísima, reflejo de una carrera que transcurrió siempre bajo el reclamo de extraordinarios directores como Eugen Jochum, Karl Richter, Lepold Hager y Karl Böhm, entre otros, junto a los que grabó un relevante repertorio de obras desde Bach hasta Bruckner.