Meterse en charcos y enfangarse
Meterse en charcos y enfangarse
El presidente Camps prohibió a Helga Schmidt hacer cualquier tipo de declaraciones a la prensa hasta poco antes de inaugurarse el Palau de les Arts. Era una forma de evitar que metiese la pata una persona que, con medianos conocimientos de español, no estaba al tanto de la vida social, cultural y política española. Otro tanto deberían haber hecho los mandamases del Teatro Real con Gerard Mortier porque, la verdad, no ha parado de meterse en charcos y enfangarse. Su última entrevista no tiene desperdicio. Fue publicada en La Razón – http://www.larazon.es/noticia/gerard-mortier-no-soy-el-cristiano-ronaldo-de-la-opera-yo-cobro-menos – para mosqueo de El País, convertido en el canal oficial del teatro, que no tardó en reaccionar sacando dos días después el adiós de Mortier a París. Claro que al par de días se lanzaba a otra en “Der Standard” (http://derstandard.at/fs/1246541810656/Gerard-Mortier-Die-Philharmoniker-sind-verwoehnte-Kinder), igualmente imprudente. Tampoco parece oportuno que cuente cosas de las que se enteren altas personalidades del teatro a través de una entrevista.
Empieza por reconocer, y eso está bien, que en París han acabado hartos de su “revolución” y que ahora vienen tiempos de contrarrevolución, que el público se va a cansar de Zeffirelli y del Monaco. ¡Cómo si uno y otro tuvieran algo que ver! Mortier olvida o simplemente desconoce que del Monaco fue de joven tan “enfant terrible” de la escena como lo es él de la gestión musical, sólo que a los sesenta años ya no se debe ser “terrible” y mucho menos “enfant”. Pero por algo será que el público quiere “otra cosa”. Es ley de vida, tras una revolución viene casi siempre una restauración o una contrarrevolución. Y Mortier debería recordar que en dichas reacciones es habitual que los revolucionarios pierdan la cabeza. Declara que tiene proyectos para Madrid, dentro y fuera del teatro. ¿Es que aún no se ha enterado de que el Real no es de Madrid sino de toda España? Que se lo pregunte al Ministerio de Cultura, que aporta un 60% del presupuesto público y que, como las demás administraciones, no tiene un duro más para el Real. Así que lo de proyectos fuera -sin duda “San Francisco de Asís” y otros- … mejor que los saque fuera del bolsillo. Sigue anunciando que Antonio Moral ya tiene “nuevos e interesantes proyectos”. Pues haría bien en contárselos al interesado, que aún no se ha enterado. Anuncia que se instalará en el Real a partir de enero, para preparar su primera temporada y reunirse con “su gente”. ¿Cuánto nos va a costar eso a los españoles? Pues más de doscientos mil euros adicionales de enero a septiembre, periodo en que continúa Moral. Por cierto, se asustaría más de uno si conociese el importe de los gastos de las hasta ahora visitas de Mortier a Madrid, hotel Ritz, limusinas y almuerzos incluidos. Jamás costó tanto un empleado del teatro. De la última temporada de Moral ha cambiado más cosas de las que reconoce. No sólo abrirá con “Mahagony” en vez de con la “Alcina” de Haendel y ha cambiado “Moisés y Aaron” por “El rey Roger”, sino que también un nuevo “Cosi fan tute” ha sido sustituido por la reedición de “Bodas de Fígaro”. Tendremos otra “Poppea”, tras la carísima de Pizza y Christie, que maldita falta nos hace, porque además era producción propia del Real. ¿Es que sobra tanto dinero como para una nueva “Poppea”? De verdad que no me lo imaginaba y seguro que tampoco las administraciones públicas y los patrocinadores del teatro. Admite más tarde que respetará la “Fanciulla del west” porque hay una soprano que así se lo ha pedido. ¡Menuda razón! ¿Pero respetará también a su regista Giancarlo del Monaco?
Sigue para decir que no es un secreto que los directores españoles serán Pablo Heras Casado, Pedro Halffter y Ernest Martínez Izquierdo. ¿Y quienes tienen una muy superior reputación internacional? Esos parece que no gustan a Mortier y, por lo visto, se trata de traer sólo lo que a él le guste. “Quiero crear mi público, y la gran diferencia entre París y Madrid es que en Madrid pueden ser conservadores pero no arrogantes”, declara a continuación. Evidentemente para arrogancia ya basta con la suya. No sabe lo que le espera en la capital. Para contentar al público actual, que parece no ser el “suyo”, anuncia que vendrán Domingo y Flórez. Pues bien, a Domingo ya lo había contratado Moral para “Ifigenia” y la vuelta de Flórez será para otro concierto. No es extraño cuando en los cinco días que pasó el peruano hace poco en Madrid, Mortier no se dignó ni en invitarle a un café, aunque él también estaba en la ciudad. Lo mismo que con Leo Nucci.
Pasa a hablar de la crítica, asegurando que “En cuanto a la crítica, ahora no me preocupa especialmente”. El “ahora” es hato significativo. Luego ya veremos si no cae en la costumbre habitual: repasar las críticas tras los espectáculos y hacer crecer la lista de periodistas no deseados.
Un preclaro patrono del Real le advirtió a Elena Salgado, entonces sólo todopoderosa del teatro, que la contratación de Lissner sería un error, ya que se iría dando un portazo y poniendo a todos a parir, porque los inicios del Real no eran tiempos para contratar alguien ajeno a la política cultural española. Acertó porque así sucedió. Yo les hago otro augurio: Mortier vaciará las arcas del teatro y surgirá un grave y costoso problema entre él y quienes lo financian. Al tiempo y bien sabe Dios lo que me gustaría equivocarme. Beckmesser
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