Paro laboral inexplicable
Paro laboral inexplicable
José Luis Castro dirige en estos días una nueva producción de “Macbet” en Jerez, que ha obtenido críticas muy positivas a su labor. Ésta se ha realizado en menos de tres meses ya que el Teatro Villamarta tenía prevista una producción de los Amigos de la Ópera de Las Palmas dentro de una política de intercambio entre ambas instituciones. Al fallar inesperadamente esta colaboración, el Teatro Villamarta decidió encargar a Castro resolver la papeleta. Castro ha trabajado, entre otros, para el Centro Dramático Nacional, Compañía Nacional de Teatro Clásico. Teatro de los Sueños (Diputación de Valencia) o Centro Andaluz del Teatro En 1987 fue llamado por el Ayuntamiento de Sevilla para dirigir el Teatro Lope de Vega. A partir del año 1989, compaginó la dirección del Teatro Lope de Vega con la puesta en marcha, organización y dirección de un espacio singular del Teatro Municipal Alameda. Desde 1994 dirigió el Teatro de la Maestranza de Sevilla, hasta ser cesado por Juan Carlos Marset en 2004, cuando éste se hizo cargo de casi toda la política cultural sevillana. No pudo volver a trabajar en su ciudad natal y las cosas se le complicaron aún más cuando Marset alcanzó la dirección general del INAEM. Bien fuese por decisión directa de Marset o por una interpretación de quienes podían contratar a Castro, según la cual esto desagradaría a aquél de quien dependían las subvenciones que recibían, lo cierto es que en cinco años apenas ha recibido una propuesta. Algo muy raro para alguien de su experiencia y capacidad.
Si a lo anterior añadimos que Castro estuvo diez años, mientras dirigió la Maestranza, prácticamente apartado de los circuitos teatrales, las consecuencias se han traducido en un paro laboral total. Es de suponer que, tras la apuesta del Villamarta, le empiecen a llegar ofertas, máxime cuando además ya no cabe el efecto Marset.
Para empezar Pedro Halffter, su sucesor en la Maestranza, haría bien en reponer “El barbero de Sevilla, quizá la mejor producción propia del teatro, firmada por Castro y la pintora Carmen Lafont y que duerme un profundo e incomprensible sueño en los almacenes. Sobre todo, no hacerlo resultaría inexplicable en los tiempos que corren, en los que el ahorro económico es pan nuestro de cada día y las reposiciones asunto obligado.
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