Pedro Halffter bajo sospecha
Pedro Halffter bajo sospecha. Canarias Ahora.com 29 sept 2004
Juan Márquez Rodríguez *
A los pocos meses de ser nombrado Pedro Halffter director artístico y titular de la Filarmónica de Gran Canaria, fue nombrado, en julio pasado, director artístico y musical de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (OSS) y poco tiempo después para los mismos puestos en el Teatro de la Maestranza.
Dada la proximidad del inicio de la temporada de nuestra Orquesta Filarmónica y su estreno como titular de la misma, y en la medida que afecta a la vida musical de esta isla, considero oportuno dar cuenta de algunas repercusiones mediáticas de dichos nombramientos.
Nada más conocerse la noticia del próximo nombramiento, los críticos sevillanos se hacen una piña (David Cuesta, Andrés Moreno Mengibar, Ramón María Serrera, Carlos Tarín y Justo Romero) y publican un comunicado conjunto, Perplejos y preocupados. Apoyan los críticos sevillanos la labor que José Luis Castro había desarrollado al frente de La Maestranza, a quien los señores Juan Carlos Marset -delegado de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla- y Alberto Bandrés -director general de Fomento de la Consejería de Cultura- querían destituir para colocar en su puesto a Pedro Halffter. Tachan esta designación de nombramiento político y consideran que “el menor de los hijos de Cristóbal Halffter se revela como un músico sin el bagaje, la experiencia ni el perfil que requiere la cualificada dirección musical y artística de ambas instituciones”. Continúan los críticos sevillanos reclamando “que el nuevo director titular de la OSS sea el maestro profesional, experto y entregado que reclaman su plantilla, público y abonados”.
Justo Romero en un artículo posterior dice que “es tiempo ahora de apuntar que Pedro Halffter no accede al podio de la Sinfónica de Sevilla por su trayectoria profesional, sino por razones que más tienen que ver con coyunturas de índole familiar y política”.
Gonzalo Alonso, crítico madrileño, venía a decir que “Sevilla merece que se ocupen de su orquesta y teatro personas con preparación y experiencia acreditada y que pongan en marcha proyectos contrastados”.
Por su parte el también crítico madrileño Arturo Reverter se pregunta “¿cómo se puede contratar en calidad de responsable único de una orquesta y de un teatro a una persona de poco más de 30 años que tiene nula experiencia en ambos cometidos?”. Se responde él mismo unas línea más abajo cuando dice que “si se contemplan algunas circunstancias del caso, que en su mayor parte se han hecho públicas, podamos empezar a comprender que nos encontramos ante un típico supuesto de nepotismo, concedamos que ilustrado, ante una decisión eminentemente política”.
En similar línea argumental estaban orientados los artículos de Ignacio Camacho, Abel Infazón y Rafael Porras. Hasta la Asociación Sevillana de Amigos de la Ópera hace pública su preocupación. Por su parte la revista digital MundoClásico publica un artículo firmado por el Consejo Editorial, titulado Por el morro, que no tiene desperdicio.
Lo sucedido. Juan Carlos Marset, delegado de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla y responsable político de la Orquesta y de La Maestranza, es íntimo amigo del padre de Pedro Halffter, Cristóbal, y además libretista de Lázaro, segunda opera del compositor. Lejos de inhibirse, por esta vinculación, en la contratación de Pedro Halffter, Juan Carlos Marset llevó el peso de la negociación del nuevo pluriempleado director.
También parece que los Halffter han recibido el apoyo de Madrid. Tras ganar el PSOE las elecciones, retoma Cristóbal Halffter la relación con Sonsoles Espinosa a quien conoció como soprano del coro en la interpretación de su Don Quijote en Lisboa. A partir de ese momento, Cristóbal Halffter pasó de “ser un fervoroso partidario público del presidente José María Aznar”, según MundoClásico, a ser un incondicional de José Luis Rodríguez Zapatero. Claro, cuando nombraron a Pedro Halffter director titular de la Filarmónica de Gran Canaria aún gobernaba el PP en Madrid. Parece ser que la ductilidad política de Cristóbal Halffter se remonta hasta 1964, cuando fue designado consejero nacional de Educación cuando Él habitaba entre nosotros. Por si fuera poco, MundoClásico cuestiona su currículum vital –el papel aguanta mucho- y hace trizas declaraciones suyas a la prensa sevillana atribuyéndose un repertorio operístico al parecer falso.
La verdad es que me causó extrañeza la designación de Pedro Halffter como titular de nuestra orquesta cuando nunca la había dirigido en un programa sinfónico y en una sola ocasión desde el foso. La designación de una titularidad es un asunto muy delicado ya que errar en ello puede suponer una merma en la calidad de las prestaciones de la orquesta, el rechazo del público, la pérdida de oportunidades para grabar o hacer giras o, incluso, la desmoralización y diáspora de profesionales. Corregir un error de esta naturaleza suele costar años.
El contacto previo con el aspirante a través de una colaboración estable o varias invitaciones con la orquesta no sólo es bueno para los músicos, la crítica y el público, sino incluso para los propios responsables políticos de la institución. Con la proximidad los responsables políticos pueden comprobar si existe la tan conveniente empatía personal, calidad humana, capacidad profesional, deseo de implicarse a fondo en los objetivos y, sobre todo, tiempo para ir fraguando un proyecto musical donde coincidan las aspiraciones del candidato con la visión más amplia que de la cultura insular se debe tener desde la institución insular.
Nuestra orquesta figura entre las primeras del país, por lo que su titular debería ser alguien con reconocida solvencia; que disponga de un extenso y contrastado repertorio; que pueda contribuir a profundizar musicalmente a la formación orquestal; que posea un amplio bagaje del mundo de las orquestas y su siempre difícil relación con el colectivo de profesores; que cuente con experiencia en selección de músicos; que disponga de una amplia agenda de relaciones personales que permita invitar a destacados solistas y directores en condiciones ventajosas; que en el ámbito comercial disponga de contactos que posibiliten nuevas giras y grabaciones; que, en definitiva, cuente con una probada experiencia en un puesto similar.
Sinceramente creo que Pedro Halffter no cumple con estos requisitos, y menos podrá con el pluriempleo con el que parte, por el orden de prioridad que habrá de asignar a cada responsabilidad –seis en total- y por el tiempo que le dispensará a cada una de ellas.
En otro orden de cosas, ya ha soltado dos bengalas, como avisos a navegantes, que no me han gustado y que nos aproximan a Pedro Halffter como persona y a su visión de la orquesta como instrumento de promoción particular. Primera, que se haya aprovechado del regalo del CD a los Príncipes para meter de matute una composición suya. Segunda, que estando la Fundación inmersa en un plan de saneamiento económico, haya confeccionado su concierto inaugural con un programa que calculo, entre refuerzos y cachet de solista, no bajará de 60.000 euros. Todo para mayor gloria y repertorio de él mismo.
Ojalá, por el bien de todos, todos los augurios sean falsos.
* Ex gerente de la Filarmónica de Gran Canaria
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