“La finta giardiniera” en el Real con Jacobs
Temporada del Real
La briosa jardinera
“La finta giardiniera” de Mozart. A. Pendatchanska, S. Karthäuser, S.Im, M. Chappuis, J.Francis, J. Ovenden, M. Nagy. Orquesta Barroca de Friburgo. R. Jacobs, director. Teatro Real. Madrid, 5 de octubre.
Afortunadamente pudieron recuperarse los dos conciertos previstas para la pasada temporada con “La finta giardiniera” que hubieron de anularse a causa de la huelga de AENA y el público los disfrutó de lo lindo. Se trata de una de esas veces en las que existe unanimidad sobre los resultados artísticos y en las que se cosecha entusiasmo generalizado. Otra cosa es, y aquí sí ha habido discrepancias entre los musicólogos, que estemos ante una obra maestra. Mozart la escribió a los 18 años y, si bien es cierto que el genio aflora en bastantes momentos- precioso el dúo entre Sandrina y Belfiore así como interesante su acompañamiento orquestal- también lo es que no pasa de ser obra menor en la producción mozartiana.
El reparto, en el que Mozart mezcló lo bufo con lo serio, reunió una homogeneidad ejemplar, los siete intérpretes se entregaron y habría mucho que destacar. Así por ejemplo el buen hacer de los dos tenores o el vozarrón del joven barítono, pero resaltemos a Sophie Karthäuser como Sandrina y Marie-Claude Chappuis como Ramiro, ambas capaces también de poner toda la carne en el asador en sus temperamentales arias sin perder la compostura. Si el “Crudeli fermate” de la primera admira por su pasión, el compositor supo reflejar muy bien las tribulaciones del segundo en “Va pure ed altri in baccio”. Con todo, el mayor mérito del concierto radicó en el brío con el que René Jacobs llevó a la estupenda Orquesta Barroca de Friburgo, evitando ese fácil decaimiento tan propio de estas partituras juveniles de excesiva duración.
Por último una observación, tiene poco sentido que en el adelgazado programa de cinco euros falte lo más elemental, una sinopsis argumental de la ópera y que en cambio se incluyan tres opiniones musicológicas sobre la misma. Sobre todo cuando la trama es de lo más confusa. Gonzalo Alonso
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