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Por Publicado el: 30/10/2011Categorías: Crítica

“Orfeo y Euridice” en la OCNE con McCreesh

Temporada de la OCNE
Furia barroca
“Orfeo y Euridice” de Gluck. Ann Hallenberg, Carolyn Sampson, Helen-Jane Howells. Orquesta y Coro Nacionales. Paul McCreesh, director. Auditorio Nacional. Madrid, 29 de octubre.
Sólo la excusa del puente podría justificar que la mitad del Auditorio Nacional estuviese vacío un sábado con uno de los programas más atractivos e infrecuentes de la programación de la OCNE: el “Orfeo y Euridice” de Gluck en versión francesa de Berlioz y en concierto reducido a apenas noventa minutos con un director de tanto prestigio en ese repertorio como Paul McCreesh, cabeza de I Gabrieli Consort.
Se cuenta que a Berlioz le nació la vocación de compositor tras ojear músicas del “Orfeo” de Gluck en la biblioteca paterna. Lo cierto es que en 1859 firmó su propia versión sobre la obra que Gluck había escrito en 1774 para su estreno en París. Si inicialmente Orfeo fue un castrato y luego un tenor, ahora pasaría a ser una mezzo al estar por en medio la gran Pauline Viardot, quien incluso solicitó la inclusión de una pieza de pirotecnia vocal en el aria n.6 del Acto 1 “Amour, viens rendre à mon âme”.
La mezzo sueca Ann Hallenberg interpretó un apasionado Orfeo y cosechó merecidamente no sólo las mayores ovaciones de la velada sino también vítores, precisamente tras el fragmento anteriormente citado. La acompañaron correctamente Carolyn Sampson y Helen-Jane Howells en papeles bastante menos lucidos.
No es tarea fácil para un coro y una orquesta más habituados a repertorios mastodónticos acoplarse al estilo clásico de Gluck, pero consiguieron una ejecución digna de conjuntos especializados. Obviamente mucho tuvo que ver en ello la experta batuta de McCreesh, quien llevó la obra con vitalidad. Mención especial mereció el buen solo de flauta en la “Pantomime” n.8 del Acto 3. Un buen e infrecuente concierto de la OCNE aclamado por el público que se decidió a asistir. Gonzalo Alonso

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