Aida en el Liceo (2º reparto)
AIDA (G. VERDI)
Gran Teatre del Liceu de Barcelona. 28 Julio 2012
Esta representación corresponde al segundo reparto y el resultado ha sido similar al del primero, salvo la desaparición del entusiasmo que provocó en los espectadores la actuación de Sondra Radvanovsky en el estreno.
La producción sigue siendo la misma, la de las telas pintadas de Josep Mestres Cabanes, y la dirección escénica de José Antonio Gutiérrez. Cada vez que veo esta producción lo hago con espíritu de curiosidad por intentar resolver la duda de si lo que veo responde a la realidad o no. La verdad es que no lo consigo y que, cuando las telas se levantan, casi se me escapa un “oooh” de admiración como a los niños.
Renato Palumbo había sido en el estreno uno de los puntales para el éxito de la representación. En esta ocasión yo creo que todavía se ha superado a sí mismo. Da gusto escuchar una ópera de Verdi con un auténtico maestro en el podio. Dio una auténtica lección de cómo se dirige la música de Verdi y obtuvo una gran resultado de la otras veces mediocre Orquesta Sinfónica del Liceu. Magnífico el Coro del Liceu, especialmente en la escena del templo de Vulcano.
Barbara Haveman fue la nueva Aida y su actuación fue convincente escénicamente y muy discutible en términos vocales. A su voz le falta peso para afrontar este tipo de personajes verdianos. Estamos ante una soprano lirica, con la voz bien emitida y fácil por arriba, mientras que las notas bajas son prácticamente inexistentes. Con un centro más bien ligero no se puede transmitir emoción en el canto y puede llegar a aburrir. Le salvan las tablas, la expresividad y los agudos, pero Aida es otra cosa.
Carlo Ventre fue un Radamés sonoro y entregado, con una voz adecuada para el personaje. Su interpretación no ha estado por debajo de la de Marcello Giordani en el primer reparto, lo que pone en evidencia que el italiano no pasa por un buen momento. Carlo Ventre destacó en los momentos más dramáticos, con una voz atractiva y bien timbrada por arriba, menos en el centro. En conjunto ha sido una de las mejores actuaciones que le recuerdo. Conviene señalar que no se caracteriza por buscar matices, sino que su canto es más bien de fuerza.
Repetía Ildiko Komlosi en Amneris. En su haber, su entrega al personaje. En su debe, su voz poco atractiva y un vibrato molesto.
Ángel Ódena fue un notable Amonasro, personaje que le va francamente bien en términos vocales, siendo él además un desenvuelto actor. Poco a poso se va consolidando como el barítono español de mayor recorrido a la espera de la definitiva recuperación de Carlos Álvarez.
El bajo coreano Attila Jun fue un buen Ramfis, con voz adecuada al personaje. Stefano Palatchi repitió como Faraón.
El Liceu ofrecía un lleno total, con un público poco frecuente en el teatro. Había cola para sacarse fotos en la escalinata principal. La recepción a los artistas fue cálida, especialmente la dedicada a Barbara Haveman y a Carlo Ventre. Renato Palumbo fue justamente braveado por el respetable.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración total de 3 horas y 49 minutos, incluyendo 3 intermedios de 1 hora y 20 minutos en total. La duración estrictamente musical fue de 2 horas y 26 minutos, exactamente igual que el día del estreno. Los aplausos finales se prolongaron durante 6 minutos. José M. Irurzun
Fotografías: Cortesía del Liceu de Barcelona. Fotógrafo: A. Bofill
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