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Por Publicado el: 12/09/2013Categorías: Crítica

“Lucia di Lammermoor” se españoliza en Coruña

Festival Ópera de Coruña

“Lucia di Lammermoor” se españoliza

“Lucia di Lammermoor” de Donizetti. M.J.Moreno, C.Albelo, J.Franco, J.F.Pardo, G.E.Iori, N.Lorenzo, P.Carballido. Coro Gaos y Orquesta Sinfónica de Galicia. A.Romero, dirección de escena. Ramón Tebar, dirección musical. Palacio de la Ópera. La Coruña, 10 de septiembre.

Las crisis obligan a poner las cosas en su sitio y agudizar el ingenio. Lo importante es, no ya acomodarse, sino saber reaccionar a ellas. El 61 Festival de Ópera de La Coruña ha tenido que reducir actividad e incluso programar más tarde, una vez conocidos los recursos disponibles, pero ahí están la “Lucia” de la que hablamos hoy, el “Tristán” del que este diario informará más adelante con Stephen Gould y Catherine Foster y el concierto lírico con Juan Jesús Rodríguez y Gregory Kunde, tenor en plena forma y proyección.

Esta “Lucia di Lammermoor” se españoliza en su reparto, pues todos los artistas son españoles y si bien el bajo Giuseppe Enrico Iori parece la excepción, sólo lo es a medias, puesto que cuenta con madre gallega. Y el reparto funciona muy bien, que es a fin de cuentas lo que se ha querido en una nueva producción parca en lo escénico. Apenas unos telones para situar las diferentes escenas del libreto y algún elemento adicional que, como la cama matrimonial, incluso sobra y molesta, pues resta credibilidad al momento del asesinato de Arturo. Dirección de escena bastante plana y una correcta dirección musical de Ramón Tébar en la que parece ser la primera ópera en España de quien dirige la Ópera de Miami y la Sinfónica de Palm Beach con la siempre eficaz Sinfónica de Galicia. Prescindió del dúo entre barítono y tenor.

Casi todos los artistas pasan por momentos mejores y peores y María José Moreno no es una excepción. Afortunadamente está en uno de los primeros, con la voz más crecida, segura y firme el registro alto. Impecable la gran escena de la locura, coronada con un sonoro sobreagudo, y el dúo con Edgardo. Le falta quizá un poco más de implicación dramática, de carne en el asador, pero se entiende ante la responsabilidad y la escueta dirección actoral. En Celso Albelo van parejas canto y teatralidad en un Edgardo de lujo que tiene la personal virtud de habérselo diseñado ya a su completa medida, desapareciendo los excesivos parecidos con Kraus. Buen fraseo en “Sulla tomba”, inspirado el “Fra poco a me ricoverò” y poético el “Tu che a Dio” final. Muy correcto Javier Franco como Enrico y un punto falto de gravedad el Raimondo de Giussepe Enrico Iori. Representación coronada por aclamaciones, tanto al final como tras sus principales momentos. Gonzalo Alonso

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